«Cronenberg o los Coen deberían adaptar al cine 'París no se acaba nunca'»

La Voz

CULTURA

09 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La agitada atmósfera política de Barcelona y Cataluña se cuela, como un trasfondo lejano, en la novela de Vila-Matas, que todavía confía en una salida inteligente al actual atolladero.

-En el libro arremete en cierto punto contra la ineptitud de la clase política que tiene Barcelona asfixiada, y parte de El Prat justo el 11 de septiembre del 2012, el de la famosa manifestación de la Diada. También señala que «no se puede defender la libertad de las masas, únicamente la propia». ¿Atisba alguna salida?

-Como todo aún es posible, solo espero que de algún lugar surjan mentes claras, lúcidas -que no piensen solo en «sus votos»; estoy hablando de esa pútrida obsesión de estar siempre en campaña electoral-, mentes altas que aporten soluciones políticas inteligentes.

-También hay una reflexión que recorre el libro sobre la historia trágica de Europa, los horrores del nazismo... ¿Hemos aprendido algo de todo aquello?

-Hay un momento en el libro en el que me parece percibir que una canción se deja oír a lo lejos, una canción oída en la infancia y que vuelve de pronto a mí: una canción que dice que no hay escapatoria, ya que para salir del bosque tenemos que salir de Europa, pero para salir de Europa tenemos que salir del bosque.

-Y hablando de lógica, también se cuela aquí el célebre Teorema de incompletitud de Kurt Gödel, que afirma que hay proposiciones verdaderas que son indemostrables. Dinamitó la lógica y la visión de las matemáticas, pero no del arte y la literatura, que ya eran conscientes de esta tara...

-Hoy en día casi me parece increíble. Una vez quise escribir una novela que protagonizaba Gödel y que se centraba en los días en que se puso a estudiar tan detenidamente la Teoría de los colores de Goethe.

-Hitchcock y el cine también están muy presentes, del «mcguffin» a la sombra de Manderley... En realidad el cine siempre ha estado ahí. Nunca se había ido del todo, ¿no?

-Creo que los hermanos Coen o Cronenberg deberían adaptar al cine París no se acaba nunca. Ya. Con urgencia. Se lo digo en broma, pero también en serio.