Un libro con textos desconocidos arroja luz sobre la personalidad del autor
22 feb 2014 . Actualizado a las 19:11 h.
Autor de una amplia, variada y extraordinaria obra, la vida de Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936) resulta igualmente fascinante y hasta novelesca, una visión alimentada por el personaje que el propio escritor se creó en vida, además de interpretaciones contemporáneas y posteriores. Frente a este retrato, la minuciosa labor de los investigadores busca reconstruir a través de múltiples fragmentos «una personalidad que, con sus contradicciones, sus salidas de tono y su insobornable coherencia, resulta particularmente atractiva», según el dramaturgo y catedrático de Historia del Teatro Josep Lluís Sirera en el prólogo de El eco de la palabra (Araña Editorial). Se trata de un volumen en el que el profesor e investigador Antonio Espejo ha volcado largos años de esfuerzos consagrados a seguir el rastro literario y biográfico de Valle-Inclán.
El eco de la palabra, con casi 500 páginas, reúne todo tipo de documentos, muchos de ellos desconocidos hasta la fecha, inéditos o de difícil localización, ya que Espejo ha buceado en bibliotecas, archivos y hemerotecas de España, Francia, Estados Unidos, Chile, Argentina y Colombia. Cartas, dedicatorias, entrevistas, manifiestos, apuntes, colaboraciones en la prensa de la época... Cada una de estas piezas posee un importante valor intrínseco, pero su suma arroja luz sobre aspectos íntimos de la creación del escritor gallego, especialmente de su vida pública.
Comprometido
Antonio Espejo destaca cómo el conjunto de estos documentos revela un compromiso que lo posiciona claramente con una postura política democrática. Esto se hace más evidente «en los últimos años del escritor, justo cuando se hace más evidente su vinculación con los problemas de su tiempo», advierte el autor de El eco de la palabra. Por ejemplo, en noviembre de 1935, apenas un par de meses antes de fallecer, Valle denuncia «la represión gubernamental» y las «abrumadoras sentencias» de los tribunales militares contra «ciudadanos honrados, trabajadores de toda la vida, por el solo delito de acusárseles de activos militantes antifascistas». El autor insta a los lectores de su artículo En favor de los presos a apoyar una campaña de recogida de firmas en contra de la pena de muerte y se define como un hombre «en cuyos ideales está profundamente arraigado el sentimiento democrático y de justicia». Antonio Espejo recoge en su libro testimonios que dan prueba de su apuesta contra la dictadura de Primo de Rivera, su republicanismo, antifascismo y su beligerancia ante la injusticia. «Incluso en su época de primeriza filiación tradicionalista es capaz de firmar un manifiesto a favor de la liberación del escritor y pensador socialista Émile Zola, por el que nunca, en cambio, mostraría afinidad en el terreno estético», detalla Espejo.