George Clooney derrocha encanto, pero su «Monuments Men» no convence en Berlín

Dpa

CULTURA

THOMAS PETER

El actor encandila con su presencia pero deja frío por su nueva película

09 feb 2014 . Actualizado a las 03:04 h.

Para una inmensa mayoría, este sábado era el Día D de la Berlinale. Centenares de fans y periodistas se arremolinaban a las puertas de hotel Hyatt de la capital alemana para atisbar aunque sólo fuera por unos segundos cómo es George Clooney en carne y hueso, el dueño de una de las sonrisas más seductoras de Hollywood.

Y es que en esta tercera jornada del certamen el estadounidense estrenaba mundialmente su último y esperado trabajo, el drama bélico The Monuments Men. Pero aunque derrochó encanto por doquier, en lo cinematográfico su película quedó muy por debajo de las expectativas de la crítica. La valoración del jurado nunca se sabrá, pues el filme se presentaba fuera de concurso.

The Monuments Men, dirigida y protagonizada por Clooney, se inspira en el libro homónimo de Robert M. Edsel para narrar la historia de un grupo de hombres singulares que, en los estertores de la Segunda Guerra Mundial, se embarcaron en una auténtica misión imposible: recuperar las obras de arte robadas por los nazi y devolverlas a sus legítimos dueños.

«Cuando leímos el libro pensamos que era una historia diferente, algo que mucha gente desconocía y que merecía la pena contar», explicó Clooney, que también produce el filme. «No es una cuestión de patriotismo, sino de un grupo de personas excepcionales que hicieron algo por primera vez en la historia». Matt Damon, Bill Murray, Jean Dujardin (The Artist) y John Goodman entre otros encarnan a este pequeño batallón de historiadores de arte y directores de museos que, pese a doblar en edad a los soldados del frente, se enfundaron el uniforme y desembarcaron en Normandía con el objetivo de preservar el legado cultural de la humanidad.

Clooney da vida en la gran pantalla a George Stout, un restaurador de arte estadounidense que concibió la idea de los Monuments Men. Él y sus hombres, tan ajenos a las técnicas de guerra, arriesgan sus vidas por cuadros y esculturas en una odisea titánica en la que contaron con la ayuda de Rose Valland (Cate Blanchett), miembro de la Resistencia francesa y empleada del museo Jeu de Paume de París.

Artista frustrado -fue expulsado en dos ocasiones de la prestigiosa escuela de Viena- Adolf Hitler quería convertir su ciudad, Linz, en una metrópolis del arte. El centro neurálgico de su utopía era el Führermuseum, que albergaría la mayor colección de obras maestras del mundo, desde el altar de Gante a la Madonna de Brujas.

El principal ejecutor del expolio fue su número dos, Hermann Göring, que aprovechó para quedarse con un buen número de tesoros. En total, más de cinco millones de cuadros y esculturas, desde Michelangelo a Rembrandt, Da Vinci, Monet, Vermeer o Van Eyck, fueron robados y estuvieron a punto de ser destruídos en la locura final del nazismo.

«Hemos hecho películas bastante cínicas durante un tiempo, pero no somos tan cínicos», bromeó George Clooney, que protagoniza los sueños de miles de mujeres, como se encargó de recordarle una periodista mexicana. «Lo sé», espetó muy serio Bill Murray, entre las risas de los asistentes a la concurridísima rueda de prensa a la que sólo faltó Blanchett.

Además de derrochar carisma y sonrisas, Clooney también manifestó sus buenas intenciones cuando una reportera le preguntó su opinión sobre el patrimonio que Grecia reclama desde hace años a Reino Unido. «Creo que sería muy justo y un gesto muy bonito que le fuera devuelto», señaló el actor y cineasta, conocido también por su activismo político.

Sin embargo, pese al atractivo de la historia y su actualidad -a finales del 2013 fue hallada en Múnich una valiosa colección de arte robado por los nazis- The Monuments Men dejó fría a la crítica con una aproximación un tanto superficial, personajes poco desarrollados y un conjunto muy alejado de anteriores trabajos del director, desde Buenas noches y buena suerte a Los idus de marzo.