Premios Goya 2014: El estilo «vintage» se adueña de los Goya

La Voz CELIA SIERRA | EFE

CULTURA

Adriana Ugarta y Manel Fuentes durante el anuncio de la gala de los Premios Goya 2014
Adriana Ugarta y Manel Fuentes durante el anuncio de la gala de los Premios Goya 2014 RTVE

El glamour del cine en los años cuarenta y la influencia de «El tiempo entre Costuras» se adueñará de la alfombra roja de los galardones de este año

03 feb 2014 . Actualizado a las 21:19 h.

El glamour del cine en los años cuarenta y la influencia del bum de El tiempo entre Costuras se adueñará este año de la alfombra roja de los premios Goya, una milimetrada pasarela que se profesionaliza año tras año y en la que el blanco gana terreno frente al clásico negro.

La fiesta de los premios Goya y del cine español es una de las alfombras rojas más esperadas del año, las actrices (y los actores) lo saben y por eso preparan su estilismo con semanas de antelación, según explica a Efe Estilo Mar Bardavío, encargada del showroom que la Academia de Cine pone a disposición de sus miembros y que también se encarga del vestuario y maquillaje de los participantes en la gala.

«Las alfombras rojas internacionales marcan tendencia», admite esta estilista, que tras varios años a cargo del vestuario de la gala de los premios Goya reconoce que la alfombra roja española se ha profesionalizado: los actores y las actrices cada vez «se fijan más» en la moda, se esfuerzan por dominar «el posado» y son conscientes de la proyección pública del momento.

«La mayoría de actrices españolas tienen su propio estilista personal y si no, su representante», argumenta Bardavío, cuyo showroom, organizado en colaboración con la Asociación Creadores de Moda de España (ACME), está formado únicamente por firmas españolas como Amaya Arzuaga, Antonio García, Nicolás y Atienza, Maya Hansen, Roberto Verino o Pepe Botella.

«No tienen nada que envidiar a los diseñadores extranjeros», explica. No hay que olvidar, recuerda, que la mejor vestida de la pasada edición de los premios Goya fue la actriz Paula Echevarría con un diseño de la firma española Dolores Promesas, que este año también vestirá a alguna actriz. Para los diseñadores españoles es «un honor» que una actriz se ponga uno de sus vestidos -cada flash se traduce en publicidad-, pero la capacidad de competir con las firmas internacionales «es muy reducida», argumenta Bardavío.

Esta edición de los premios Goya la tendencia marca, para ellas, vestido de «riguroso largo», una paleta de colores en la que «el blanco gana terreno al negro», y el estilo «vintage» de vestidos armados con telas de «seda y brocados», escotes fruncidos y rematados en colas tipo sirena.

Para ellos en los premios Goya de este año, perdura el «tradicional esmoquin» aunque «se moderniza con una silueta 'slim fit'», señala la estilista, quien reconoce que aunque los hombres «son más conservadores, les cuesta más arriesgar», este año pisan fuerte el terciopelo y vuelve el chaleco.

El estilo que marca el ritmo esta temporada es el de años cuarenta, aupado por el éxito de series como El tiempo entre costuras y las últimas pasarelas estadounidenses, cuyas actrices han optado por el glamour del Hollywood dorado: peinados con ondas, recogidos y maquillaje sofisticado.

¿Cómo es posible que no se repitan vestidos?

¿Con tantos invitados, cómo es posible que no se repitan más vestidos? Por varias razones, las actrices suelen «tener siempre preparado un plan B» para evitar contratiempos de ese tipo, los propios estilistas tratan de buscar vestidos «que no estén muy vistos», y una tendencia todavía minoritaria, pero que pisa fuerte: los «Diseños únicos», como Paula Echevarría con Dolores Promesas. sta última opción es la que se impone año tras año en la alfombra roja estadounidense.

El servicio de estilismo de la Academia estará a disposición de los actores para todos aquellos percances que pueda surgir durante la gala de los premios Goya. Planchar «una inesperada arruga», coser una cremallera «que ha estallado» entre tanto trasiego, o arreglar una cola que se ha desagarrado al quedarse enganchada, en cuyo caso «antes de tratar de arreglar» lo más rápido es «amputar», ya que lo importante «es pasarlo bien en la gala», bromea.