«El rechazo al best seller es de acomplejados»

Héctor J. Porto REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Juan Gómez-Jurado publica «El paciente», novela que ya ha vendido en 40 países

17 ene 2014 . Actualizado a las 17:30 h.

«¿Best seller?, me importa tres narices. Cervantes era un best seller. Este rechazo es un de acomplejados. Yo no puedo escribir como Javier Marías, ni sé si Marías puede hacer lo que yo hago. Tenemos intereses y públicos distintos». Así de tajante se muestra Juan Gómez-Jurado (nacido en Madrid en 1977 y afincado en Santiago), cuya última novela, El paciente, que llegó ayer a las librerías, fue vendida en 40 países, y en Hollywood ya compraron los derechos para el cine. Es cierto, admite, que «la madurez te va exigiendo retos». El entretenimiento ya no es su única divisa. «Crecí leyendo novelas y viendo películas de aventuras, y eso se te mete en el ADN, pero ya logré lo de llevar al lector a toda velocidad por un viaje divertido». Gómez-Jurado cree que con La leyenda del ladrón (2012) superó ese desafío. Lo cambió todo, dice. Fueron cuatro años de trabajo (tres de documentación), y venció las reticencias que su obra topaba en España, donde entonces vendía menos que en Islandia.

Ahora se exige más. Con El paciente buscó mayor profundidad en los personajes, «que transmitan algo -explica-, que tengan credibilidad, que no sean meros muñecos parlantes, que a veces pasa en el best seller». Y esa construcción resultó difícil. Fue clave, continúa, la colaboración de Rodrigo Pedrosa, un neurocirujano de 35 años que trabaja en Lugo, «un auténtico prodigio», que lo ayudó a perfilar la mentalidad de un personaje que «ejerce uno de los trabajos más complicados del mundo: ¿conoces la diferencia que existe entre un neurocirujano y dios?, pues que dios sabe que no es neurocirujano», recuerda que bromea su doctor Evans. La historia «podría haber transcurrido perfectamente en la Grecia clásica», afirma Gómez-Jurado, que resume la ecuación mágica: protagonista, antagonista y objetivo, en un dilema que solo puede resolver el amor inconmensurable a una hija. Julia, de 7 años, es secuestrada y el captor chantajea al neurocirujano con quitarle la vida si él no deja morir en la mesa de operaciones del hospital -un caro centro privado de Washington- a determinado paciente, el presidente de EE.UU. Julia es lo único que tiene David Evans, viudo tras la muerte de Rachel.

El libro narra en primera persona, en la voz del doctor, que lleva 1.823 días en el corredor de la muerte, cuáles son las razones que lo condujeron a esa situación: las 63 frenéticas horas desde que todo se desencadenó.