Cortina subvierte los géneros de la ciencia ficción y la aventura en «Deshielo y ascensión»

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Álvaro Cortina une cuatro narraciones en «Deshielo y ascensión».
Álvaro Cortina une cuatro narraciones en «Deshielo y ascensión».

Cuatro narraciones arman el libro con el que el autor vasco juega con las convenciones y los géneros literarios

06 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuatro narraciones arman Deshielo y ascensión (Jekyll and Jill), el libro con el que Álvaro Cortina Urdampilleta (Bilbao, 1983) juega con las convenciones y los géneros literarios, especialmente los de la ciencia ficción y las aventuras. Cuatro soliloquios de otros tantos personajes muy distintos: un cazador ártico, un ingeniero, su mujer y el héroe de una guerra contra androides. A través de sus relatos se avanza desde la tundra a la ciudad, pero más que dimensiones físicas se trata de coordenadas particulares en un universo literario que funciona con sus propias reglas y no persigue anclajes con la realidad. «He pretendido un desanclaje sistemático», aclara Cortina. «Y he pretendido que incluso dentro de la novela no se sepa dónde estamos. No hay nada determinado. No hay una época determinada y no se dice dónde es. Pero he mirado quizá más al pasado. Incluso, lo que tiene de ciencia ficción es ciencia ficción del pasado: Wells, Verne».

Así, no es de extrañar que en el binomio ciencia ficción, el escritor se decante por lo segundo para dejar fuera lo primero: «No me interesa nada de lo científico de la ciencia ficción. Su mismo nombre me disgusta. Se asocia la ciencia ficción en muchas ocasiones al papel visionario, además, de ciertos autores que inventan cosas que llegarán. Eso que se dice de adelantarse a su tiempo. Para mí, eso no es literatura, es otra cosa relacionada. He querido ir por libre y sin géneros, o mezclando, bastardizando géneros, contando lo que me ha dado la gana».

Si hay un anclaje, es el de las lecturas de infancia y juventud. «En el fondo, cada escritor es, en buena medida, un hombre que hace convivir y que une sus influencias, con su propio añadido, que sería algo así como su lectura de aquellos libros que le han influido», confirma Cortina. En su caso, desde Poe a libros sobre cacerías, a los que se suman no solo lecturas, sino también músicas como las de Messiaen o Schubert. «Los he incluido no ya como cita, como añadido u homenaje, que también, sino también porque me ayudaron a hacer este mundo onírico de Deshielo y ascensión».

Ese mundo establece simetrías y puntos de encuentro entre las narraciones que lo sustentan. «Los dos temas principales son la Naturaleza (abiertos espacios) y el Arte (cerrados espacios)», resume Cortina, que ha concebido la transición entre las cuatro historias como un «relevo de personajes».