Una decena de actores, la mayoría retirados, simbolizan toda una era
17 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.La muerte, con escasas horas de diferencia, de Joan Fontaine y Peter O'Toole, ha dejado a la edad de oro de Hollywood sin dos de sus grandes nombres. Apenas un puñado de actores sobreviven de aquel star system que la industria estadounidense exportaba con éxito a escala planetaria: el mecanismo de los grandes estudios funcionaba a la perfección, engrasado por el dinero, la fama y el indiscutido poder de las películas como vehículos de entretenimiento. En el período comprendido entre el asentamiento del sonoro y los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, los mejores directores contaron con el magnetismo de unos actores que contribuyeron a fijar unos géneros -drama, wéstern, comedia, musical, bélico, negro- en el imaginario del espectador.
Con la llegada de nuevos directores muchas de estas estrellas se adaptaron al nuevo escenario y otros comenzaron a languidecer. Kirk Douglas, Shirley MacLaine o su hermano Warren Beatty han conseguido mantenerse varias décadas, por encima de las transformaciones que agotaron el modelo clásico de Hollywood. Otros viven desde hace años en el retiro del semianonimato, como Maureen O'Hara, y reaparecen brevemente para recoger algún premio honorífico, como el caso de Olivia de Havilland. También hay quien se entrega a causas benéficas, como la defensa de los animales que abandera Doris Day. Pero, cada vez que una de estas estrellas se apaga, palidece un poco más el brillo de Hollywood.