«He aprendido a través del fracaso, ese gran maestro»

MARÍA ESTÉVEZ

CULTURA

De vuelta a la pantalla grande con una «biopic» sobre la princesa de Gales, la actriz británica habla de las virtudes del éxito tardío y de sus prioridades vitales

13 dic 2013 . Actualizado a las 14:55 h.

Naomi Watts está en boca de todos por su interpretación de lady Di en Diana, una película centrada en su relación con el doctor Hasnat Khan, sobre la que la actriz inglesa tuvo tantas dudas que a punto estuvo de rechazar el papel.

-¿Por qué se decidió?

-Cuando me dieron el guion, estaba muy confusa. Me parecía un gran personaje para interpretar, pero no me sentía capaz de hacerlo bien. Cuando dije que no la primera vez, me quedé con dudas. A veces al rechazar un personaje te liberas, pero eso no fue lo que me ocurrió con Diana. Por eso a la tercera acepté.

-¿Se sentía responsable ante la familia de Diana?

-Ese fue uno de los motivos por los que no quería hacerlo. En Londres me encontré en un restaurante con el príncipe Guillermo y me puse muy nerviosa. No sabía si él estaba de acuerdo con que se hiciera una película sobre su madre.

-¿Cómo ve a la princesa?

-Era una mujer misteriosa. Me intrigó descubrir su otra vida, la que no se veía, por eso invertí mucho tiempo en estudiarla, en entender cómo una mujer con tantos privilegios podía construir a su alrededor una existencia ordinaria.

-La película recrea la famosa entrevista de la BBC en la que Diana habla del fracaso de su matrimonio. ¿Cuántas veces ha visto esa entrevista?

-Miles. Hasta que aprendí cada palabra y cada gesto. La grabé en mi Iphone, en mi Ipad, la ponía en el gimnasio, cuando corría. Estudié su voz y estudié su tono, que era muy determinante a la hora de influir en los demás.

-¿Se considera una mujer con suerte?

-Mi vida no ha sido un camino de rosas, pero me siento afortunada. Crecí dentro de una familia creativa y, aunque tardé mucho en encontrar mi camino, cuando descubrí la interpretación quedé hechizada. Ahora trato de mantener el mismo compromiso que he tenido siempre, pero el orden de mis prioridades ha cambiado con la llegada a mi vida de Liev y de mis hijos.

-¿Cómo encuentra el equilibrio entre la maternidad y su carrera profesional?

-Es difícil. Ningún guion te garantiza una gran película. Lo difícil es elegir bien.

-¿El éxito mejor tarde que nunca?

-Sí. Yo florecí a destiempo en mi profesión. Si el éxito hubiera llegado antes tal vez no habría sabido comportarme como ser humano. Hoy entiendo mejor quién y cómo soy. Si todo lo que tengo me hubiera llegado con 20 años, quizá habría caído seducida por un mundo que ahora no me interesa. He aprendido a través del fracaso, que es el gran maestro, a distinguir realidad de ficción. Lo único que quiero es seguir aprendiendo con gente que merezca la pena y seguir siendo la misma persona capaz de ver la basura aunque me la sirvan en bandeja de plata.