Luis Goytisolo, Premio Nacional de las Letras

Europa Press

CULTURA

MARCOS MÍGUEZ

El jurado ha destacado su obra narrativa, «siempre comprometida con la búsqueda de nuevos territorios literarios»

15 nov 2013 . Actualizado a las 00:37 h.

Con apenas 11 años hizo ya sus primeros pinitos como escritor ensayando una narración inspirada en los tebeos de Flash Gordon, y poco tiempo después se plantó en la sede de la editorial Molino para ofrecerles una novela de vaqueros tipo Zane Grey, por las que había llegado a sus oídos que «pagaban 500 pesetas». Ayer, desde la atalaya de la RAE, donde ejerce como académico, a sus 78 años, confesó que fue para él «una total sorpresa» la concesión del Premio Nacional de las Letras Españolas, dotado con 40.000 euros y que es tenido por el galardón más importante de la literatura española tras el Cervantes. En su escueta valoración, el jurado elogiaba su producción narrativa, «siempre comprometida con la búsqueda de nuevos territorios literarios». Y, cómo no, hacía referencia a su obra cumbre, la tetralogía Antagonía, que abarca casi una década de creación y que, «reconocida internacionalmente, supone un hito en la reciente historia de la novela española al aunar historia, narración y reflexión literaria».

Concedido por el Ministerio de Cultura, el premio honra así la capacidad de innovación de su escritura y el esfuerzo renovador, exploratorio sobre el hecho creativo que alientan los libros de Luis Goytisolo, hijo menor de una familia de afamados escritores (el poeta José Agustín y el novelista Juan) y cuya obra no siempre ha sido bien entendida. Quizá la reciente reedición de dos de sus títulos más importantes -Antagonía y Estela del fuego que se aleja, ambos centrados en el trabajo del narrador- han contribuido a certificar la plena vigencia de sus libros. También el éxito de su último título, Naturaleza de la novela, que recibió el Anagrama de Ensayo 2013, pudo ayudar a resituar en la actualidad el valor del conjunto de sus obra, que es lo que premia el Nacional.

El ministro José Ignacio Wert subrayaba ayer que el galardón recayó «con todo merecimiento» en Goytisolo, al que alabó por sus múltiples facetas creativas, en todas exigente, y por sus logros «en cualquiera de sus espacios», ya sea como «poeta, novelista, ensayista, fabulista, experimentador, gran viajero o luchador por la libertad».

No es fácil encasillar a Luis Goytisolo, que ayer, charlando con la prensa en la Academia, dio algunas pistas al afirmar que el oficio de narrador no entiende de fronteras. Así, dijo preferir que lo definieran como escritor barcelonés que como catalán: y es que «no he escrito ni una línea en catalán y hablo mal esta lengua por lo que la denominación de novelista catalán les podría sentar mal a quienes han desarrollado su obra en este idioma», matizó. Admitió que está muy contento, pero que no acaba de gustarle el nombre del premio, ya que induce a «confusión territorial y lingüística», y que preferiría que se llamase Premio Nacional de las Letras de España, lo que excluiría así expresamente a los escritores hispanoamericanos, que en realidad ya no pueden optar a él.

En este sentido, situó la literatura «al margen de nacionalidades», incluso por encima de los diferentes idiomas en que cristaliza. Y se mostró escéptico con el creciente soberanismo, según recoge la agencia Efe: «Vivo bastante de lejos las demandas independentistas. Hay una base real de nacionalismo, sin duda, pero -objetó- creo que es algo minoritario».

Puestos a hablar de actualidad, también afirmó que no es «el mejor momento para leer novelas de calidad», y sostuvo que las pantallas no ayudan a pararse con las cosas que exigen dedicación; es más, hurtan el tiempo necesario para dedicar al libro.