El sector editorial encadena cinco años de pérdidas

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

La edición privada en gallego bajó de los 2.156 títulos del 2011 a los 1.848 del 2012, una caída del 12,4 %

14 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La múltiple crisis -de consumo, pero también tecnológica- que está afectando a la industria del libro en España tiene una contundente y negativa traducción en términos económicos. Según el avance del Comercio Interior del Libro del año 2012, presentado por la Federación de Gremios de Editores el pasado Liber, el sector encadena ya su quinto año de pérdidas. La facturación del año pasado fue de 5.461 millones; si se retira el 30?% correspondiente a exportaciones -un balón de oxígeno-, los 2.471 millones representan una caída del 10,9 % con respecto al 2011. El libro de bolsillo se ha desplomado -su facturación se hundió un 24,2 %- y el libro electrónico, que solo representa 74 millones, no acaba de levantar el vuelo, aquejado por la crisis, la escasa penetración y la piratería.

En Galicia, según los datos del presidente de los editores, Manuel Bragado, la edición privada en gallego bajó de los 2.156 títulos del 2011 a los 1.848 del 2012, una caída del 12,4 %. Un descenso que tiene su reflejo en el número de ejemplares, que baja de los 3.360.000 del 2011 a los 2.426 del año pasado, un 27,9 % menos. La facturación, sin embargo, se incrementó ligeramente y llegó a los 27,53 millones, de los que 21,58 corresponden a libros en gallego, aunque los puestos de trabajo siguen bajando: los 190 empleados en el 2012 dejan muy lejos los 308 del 2008.

Bragado asume que el sector tiene ante sí un proceso de modernización que pasa por «unha intensificación da formación para facerlle fronte á imprescindible dixitalización, especialmente no ámbito educativo, que no caso galego supón un 60 % da facturación». Pero el presidente de los editores también apunta a otras cuestiones estructurales, como la ausencia de una apuesta «decidida dos poderes públicos por unha política clara de fomento da lectura, que, no caso do libro galego, está asociada á normalización lingüística». Bragado recuerda que se trata de una necesidad que afecta no solo a la población escolar, sino al conjunto de la sociedad, como ha puesto de relieve el reciente informe PISA que sitúa la comprensión lectora de los adultos españoles en 21 puntos por debajo de la media de los países de la OCDE.

Bibliotecas

El escritor Agustín Fernández Paz, vinculado a la renovación pedagógica, cree que el continuado descenso en las cifras del sector editorial tiene su principal causa en la crisis y no las vincula directamente con los malos resultados de comprensión lectora, que además afronta con reservas. «Ata hai poucos anos traballar na escola a comprensión lectora era algo case descoñecido», explica. «Viñamos dunha tradición que primaba habilidades de tipo memorístico ou a escrita guiada, e non tanto a lectura ou a expresión oral», recuerda. Pero en los últimos años se está cambiando el paradigma y que el diseño de un plan de lectura, las bibliotecas escolares y la creación de clubes de lectura apuntan en otra dirección. Pero, en su opinión, la crisis ha llevado a muchas familias a dejar de comprar libros, lo que a su vez ha puesto el foco en las dificultades cada vez mayores de las bibliotecas para renovar y ampliar sus fondos. «O que evidencia que os Gobernos actuais non consideran a cultura como algo esencial, senón accesorio», concluye Fernández Paz.

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