«Mi editora y mi mujer, a la que tengo mucho cariño, pero también mucho miedo, me han prohibido que hable de política, así que voy a tratar de darle una respuesta literaria», respondió con humor a un periodista que le preguntó por la Diada. Pero, aunque no se refirió en concreto a Cataluña, hizo un duro alegato contra el nacionalismo. Explicó que Karl Popper describió «maravillosamente» lo que denominó «el llamado de la tribu», que en momentos difíciles, traumáticos, «es muy fuerte». «El nacionalismo es ese regreso a la tribu, esa abdicación de la responsabilidad de tener que elegir uno su propia vida», aseguró. «Yo he combatido siempre el nacionalismo», señaló, porque ha causado «estragos atroces», «millones y millones de muertos» en las guerras mundiales, «matanzas espantosas». «Lo terrible es que en un mundo hoy día civilizado, todavía y a veces en sociedades tan avanzadas, el nacionalismo vuelva a sacar la cabeza y a obnubilar comunidades enteras», afirmó. A ese respecto, citó lo que ocurrió en el pasado en Alemania y Japón. «Es una carga de la que es muy difícil librarse, pero si queremos desterrar la violencia de este mundo tenemos que combatirla con enorme energía», concluyó.