En busca de un lugar en el arte

Rodri García A CORUÑA/ LA VOZ

CULTURA

Antón Cabaleiro, Victoria Diehl (en el centro) y Tamara Feijoo, ante una de las obras que el primero expone actualmente en el MAC.
Antón Cabaleiro, Victoria Diehl (en el centro) y Tamara Feijoo, ante una de las obras que el primero expone actualmente en el MAC. Gustavo Rivas< / span>

Los jóvenes creadores se apoyan en las becas para su proyección exterior

25 ago 2013 . Actualizado a las 22:34 h.

«Los científicos preguntan cómo, los filósofos por qué y los artistas si quieres patatas con las hamburguesas». Lo cuenta entre risas Antón Cabaleiro (Santiago, 1977) para ilustrar cómo muchos artistas para sobrevivir tienen otros trabajos: «Yo también los tengo, pero procuro que me ocupen poco y pueda dedicar tiempo a mi obra, que es lo más importante». Cabaleiro, artista plástico, expone en el MAC con la fotógrafa Victoria Diehl (A Coruña, 1978) y la dibujante Tamara Feijoo (Ourense, 1982). Los tres muestran el resultado de sus estancias en Nueva York, Londres y Berlín, respectivamente, becados por Gas Natural Fenosa.

Explican que las becas, los concursos y las salidas al extranjero son las rutas que siguen para hacerse un nombre en el mundo del arte, tarea que Victoria Diehl compagina con la docencia, ya que es profesora en la Universidad de Teruel.

«Me fui a estudiar a Madrid y me di cuenta de que allí mi trabajo tenía más eco, conseguía más resultados y eso me llevó a ir a Nueva York», explica Cabaleiro. Tamara Feijoo considera que las dificultades para abrirse camino son «como en cualquier otro sector», ya que la actual falta de trabajo «es comparable a la del mundo de arte». Relata que, al acabar los estudios, entre las salidas profesionales está la de «moverse buscando becas y participar en concursos; es una forma de entrar en el mercado y las becas son una gran ayuda para hacerse un nombre».

Es algo en lo que coincide Cabaleiro. «He ido sobreviviendo a base de becas de la Barrié, Erasmus, Séneca, Gas Natural y con los premios», apunta. También Victoria Diehl se ha movido con becas como la del Injuve o la de la Academia de España en Roma, esta última interesante para una artista que centra su trabajo en el cuerpo: «En un momento en el que los géneros artísticos se confunden en mis imágenes hay un encuentro entre la historia del arte a través de algunos mitos y el presente».

El mercado del arte

Para Feijoo, «el mercado del arte en España durante una época fue una mentira: solo compraban mucho las instituciones». Sostiene que hay poco coleccionismo privado en España y «en Galicia apenas existe». Por ello, «es muy difícil vender tus obras, puedes venderle a alguien que le entusiasman tus piezas pero no es un coleccionista».

Esta artista expone en el MAC la relación entre el hombre y la naturaleza en Berlín, una ciudad que «tiene un punto en el que la naturaleza está por todas partes» y apuesta por salir fuera. «Busco moverme por Europa. De todos modos, estoy contenta porque tengo galería en Ourense, que es Marisa Marimón, y en Madrid, Estampa», apunta Tamara Feijoo.

Para Cabaleiro en España no hay mercado del arte, no hay esa agilidad que tienen en Estados Unidos: «En Europa somos un poco esnobs con el arte y allí casi todo vale». «Mi estrategia artística se desarrolla a través de un viaje de búsqueda en los museos donde encuentro los cuerpos desnudos de tacto frío que nacieron en la antigüedad. Con las mismas marcas que sufrimos y mostramos en nuestro propio cuerpo», explica Victoria Diehl, con una notable trayectoria en Galicia, además de sus salidas al extranjero.

Espacios infrautilizados

De Nueva York se trajo Cabaleiro una vivencia curiosa: «Cuando vivía en el Bronx había zonas que se iban revalorizando después de que se fueran a vivir allí los artistas, porque como nunca tenemos dinero siempre vamos a lo barato». Por ello, «las inmobiliarias están pendientes de adónde se van a vivir los artistas». ¿Sería posible hacer esto en Galicia? «Creo que sí, cada vez que vengo me dan ganas de quedarme porque en Santiago hay muchos espacios infrautilizados, como la Ciudad de la Cultura». No se quedará, se va a Canarias, donde le ceden un estudio por restaurar una casa y allí seguirá su ruta hasta tener un lugar en el arte.