Víctor Pablo Pérez: «Harán que la cultura española sea más africana que europea»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

El músico califica de «disparate descomunal» subir el IVA al 21 %

13 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los maestros cantores de Núremberg. La valquiria. Tristán e Isolda. Parsifal. El ocaso de los dioses. Estas son las obras de Richard Wagner que interpretará la Orquesta Sinfónica de Galicia el próximo 26 de junio en el último concierto del Festival Mozart de este año. Será la despedida, en el Palacio de la Ópera de A Coruña, de Víctor Pablo Pérez como director de la OSG, si bien continuará como honorario. El ya nuevo director de la Orquesta y Coro de la Orquesta Sinfónica de la Comunidad de Madrid considera que España está como una orquesta desbocada. «Aunque a mí nunca me ha pasado», dice riendo. «La gente está bastante rebotada, entristecida y puede haber un estallido por alguna parte», asegura.

-En la cultura se habla sobre todo de la repercusión del IVA.

-Ha sido un disparate. No puedes pasar del 8 al 21. El 21 % es un disparate de calibre descomunal, es un error histórico.

-¿Está programando en Madrid?

-Ya se presentó la programación el 29 mayo. La Orquesta de la Comunidad de Madrid tiene dos fuentes de financiación: la comunidad y el ministerio de Cultura y en ambos ha habido recortes. La nómina son 80 músicos, más 40 del coro. Aquí no hay coro profesional, es amateur. Aquí la nómina son 85 músicos más la oficina.

-¿Dónde queda aquel sueño de una OSG con cien músicos?

-Sería interesante, el final ideal: que poco a poco se puedan ir incorporando a esa ampliación los jóvenes que se han formado en la Joven Orquesta. Hoy en día hay muchas modalidades de contratos, que permiten a la vez estudiar. Debería ponerse en funcionamiento en la medida que la economía lo permita.

-De todas las «criaturas» de la OSG, ¿con cual se queda?

-Todas ellas son importantes, lo que pasa es que el Coro de Niños o la Orquesta de Niños producen una ternura especial. El impacto en la sociedad es muy directo en los padres y en los abuelos... Son la cantera de la cantera. Es el futuro sólido que se inicia desde abajo, la estructura que hay cuidar con mayor mimo. Los resultados de la Joven Orquesta o del Coro son espectaculares. Y además generan un apoyo social alrededor de la Sinfónica que le da sentido. Una orquesta sinfónica sin nada más que estar al servicio de una serie de abonados o de melómanos es un recorrido muy corto, tiene que generar algo más, como es la vinculación con la sociedad misma. Estamos hablando de más de 300 personas que, a mayores de la Sinfónica están relacionadas con la Orquesta. Eso es que la ciudad, que toda Galicia, está viviendo un fenómeno cultural.

-¿Se cierran aquellas críticas de que era una orquesta sin músicos gallegos, solo extranjeros?

-¡Claro! Se trataba de romper el círculo vicioso que se había creado de que no había músicos porque no había orquesta y no había orquesta porque no había músicos. Se rompió y ahora tenemos una gran orquesta y una cantera preparada para el momento de tomar el relevo y que permanezca en el tiempo, que sea de alto nivel. Se están haciendo cosas de calidad, a nivel de Europa, no la tendencia esa que puede haber en muchas cosas culturales de eliminar presupuestos, de eliminar subvenciones que harán que al final la cultura sea española sea más africana que europea.

-¿Corremos ese peligro?

-Ese peligro es inminente. Ahora mismo lo que está ocurriendo con la Orquesta y Coro de RTVE es de una gravedad absoluta. Si cuaja el ERE anual para que trabajen ocho meses y cuatro vayan al paro, eso es no entender lo que es una orquesta y destruir lo que este país había construido en treinta años. Supondrá un efecto dominó en el resto de orquestas españolas, es como una bomba de racimo en la cultura.

-Mantener el nivel de la OSG ¿será más difícil que crearla?

-Ahora hay varios frentes. Uno es mantener económicamente todo esto y luego mantener el pulso artístico, que no se afloje. La programación que se ha presentado es con grandes maestros, además de la incorporación del nuevo titular, y espero que se mantenga ese nivel y también que se pueda superar. Ahora mismo se empieza a considerar de un modo rotundo, claro, que la OSG es la mejor orquesta del país, incluso mejor que la que en su día construyó Lorin Maazel en Valencia, entre otras cosas porque es más estable, porque tiene veinte años de trabajo, tiene una personalidad muy acusada como grupo sinfónico, es mucho más sostenible y es muy versátil, capaz de tocar ópera con el propio Mazel, como hizo hace unos días.

-¿Hay dudas sobre la continuidad del Festival Mozart?

-Habrá que hacer un balance en todos los sentidos de cómo ha ido. A Coruña demanda desde hace muchos años ópera y merecería la pena el esfuerzo de intentar hacer no un festival sino una temporada... Pero para eso hace falta financiación.