Una de las gran damas de Hollywood vuelve a la gran pantalla con Susan Sarandon, Robert de Niro, Amanda Seyfired y Katherine Heigl en La gran boda
03 may 2013 . Actualizado a las 13:56 h.Diane Keaton es una de las grandes damas de Hollywood, miembro de la misma generación que Meryl Streep y protagonista de títulos inolvidables como Annie Hall, El padrino o Reds. A sus 66 años, esta mujer, que asegura que su mayor logro es no haberse casado nunca, vuelve a la gran pantalla con Susan Sarandon, Robert de Niro, Amanda Seyfried y Katherine Heigl en La gran boda, una historia generacional sobre una familia que para esconder sus problemas decide contar una serie de mentiras a los padres del novio de su hija que irán descubriéndose durante la boda.
-¿Qué dice la película sobre la vida y el matrimonio?
-Dice que la vida es así. Todo el mundo tiene que enfrentarse a situaciones complicadas. Mi personaje tiene un exmarido con el que por fin ha roto. La boda se convierte en el momento en que todos deciden hablar de sus problemas.
-Curiosamente, usted nunca se ha casado.
-No, esa bala no me tocó. Soy una mujer con suerte.
-¿Es una mujer segura?
-No, por supuesto que no. No creo que haya nadie que esté completamente seguro de sí mismo, no me parece posible. Aceptar que tu cuerpo va diciendo adiós poco a poco no es fácil, porque acabas preguntándote cuánto tiempo quedará.
-¿Cuál es su filosofía?
-Trato de mantenerme sin perder la dignidad. A veces me da por pensar si no sería mejor mandarlo todo a paseo y dejar de cuidarme, porque total da igual, el resultado es el mismo.
-¿La vida se hace más fácil con la edad?
-No. La presión es tremenda porque lo único que te espera es la muerte. Se va acercando cada vez más y es parte de la vida. Nadie quiere morir. Hace 20 años me preocupaba la belleza, ser atractiva: soy actriz, ¿qué otra cosa puede querer una actriz? Quería que la gente me mirara, ser el centro de atención [se ríe].
-¿Y qué hace para mantenerse en forma?
-Ejercicio. Todos los días corro en la máquina que tengo en casa y luego llevo a mis perros a pasear. No como carne desde hace 25 años ni pescado desde hace cinco. Me alimento bien, bebo vino tinto y trato de estar activa. Quiero participar del mundo, ser miembro del mundo en el que vivo.
-¿Qué opina de la importancia que están adquiriendo en Hollywood la alfombra roja y la moda?
-Tengo mucho que decir. Primero: la moda siempre ha estado ahí. Segundo: cuando hicimos Annie Hall la tendencia era mantenerse fuera de los focos. Teníamos mucho cuidado de no ser consideradas solo celebridades, y no artistas. Nos parecía ridículo que lo importante fuera nuestra apariencia física, y no nuestro talento. Queríamos que nuestros nombres se mantuvieran en el tiempo. Y creo que las actrices de mi generación, como Meryl Streep, Susan Sarandon o yo, hemos sobrevivido precisamente por ese esfuerzo que hicimos para ser consideradas primero artistas.
-Es cierto que de su generación solo siguen en activo usted tres. ¿Por qué?
-Woody [Allen] siempre me dijo que si interpretaba comedia me mantendría más tiempo en activo.
-¿Por qué?
-No lo sé. Yo me he tomado períodos de descanso en mi carrera y Nancy Meyers [directora, productora y guionista] me ayudó mucho. Cuando nadie me quería en una película, y eso me ha pasado en varias ocasiones, ella llegó a cambiar las cosas. En esta profesión es importante tener suerte. Creo que he inspirado a directores que querían trabajar conmigo y eso me ha ayudado mucho.
-¿Qué le gusta hacer con su tiempo libre?
-Siempre estoy ocupada. Estoy escribiendo un libro de ensayos y decoro casas. Tengo muchos proyectos de fotografía y estoy pensando hacer un libro de fotos sobre accidentes de coches.