Las imágenes de César Toimil se exhiben desde hoy en el Museo Nacional de Chernóbil

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro FERROL / LA VOZ

CULTURA

Una de las fotografías que se pueden ver en la muestra.
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La muestra lleva por título «Prohibida la apertura forzada de la puerta», en alusión a las vías de ferrocarril que llevan hasta el complejo nuclear ucraniano

26 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El Museo Nacional de Chernóbil servirá de escenario en Kiev, a partir del hoy, a una exposición del fotoperiodista de La Voz César Toimil (Ferrol, 1965). Se trata de la muestra que lleva por título Prohibida la apertura forzada de la puerta. Un título que remite a la inscripción que reza allí donde se terminan las vías de ferrocarril que llevan hasta el complejo nuclear ucraniano cuya explosión hizo temblar de miedo al mundo.

A lo largo de los últimos años, Toimil ha fotografiado Chernóbil constantemente. Ha viajado allí ya en media docena de ocasiones, desarrollando un proyecto personal para el que no ha contado con ningún tipo de ayuda económica. Algo que, en cualquier caso -comenta el fotógrafo gallego-, le importa poco. Porque lo que a él de verdad le satisface, dice el fotoperiodista, es saber que cuenta con el reconocimiento de las víctimas de la tragedia.

Los liquidadores

Toimil se emociona un poco al recordar a Sergei, uno de los obreros (liquidadores, se les llamó a raíz de todo aquello) que, poco antes de morir, le envió, como recuerdo, la medalla con la que lo había condecorado en su día el Estado soviético. «Tú también eres un liquidador», le dijo en la carta que le escribió entonces. Las imágenes del fotógrafo ferrolano, que en parte ya se dieron a conocer en Galicia a través del Centro Torrente Ballester de Ferrol, muestran la desolación que han dejado tras de sí tanto el propio accidente nuclear como el vacío que hoy habita el escenario de la tragedia.

«Allí, en Chernóbil, el silencio te ensordece», dice Toimil, haciendo un juego de palabras que remite al epicentro del horror. Pero nada está más lejos de su intención, añade, que recrearse en las estelas de la muerte. Bien al contrario. Quiere, subraya, que en todas sus imágenes habite, de una forma u otra, «la poesía». Esa poesía que es siempre la mayor de las verdades: la que va mucho más allá de lo que, por lo general, nos cuentan.