El Novo Cine Galego desembarca en el Festival de Buenos Aires

José Luis Losa

CULTURA

Fotograma de «Arraianos», filme de Eloy Enciso que competirá en la sección «Vanguardia y Género» de esta 15.ª edición del Bafici.
Fotograma de «Arraianos», filme de Eloy Enciso que competirá en la sección «Vanguardia y Género» de esta 15.ª edición del Bafici.

El certamen ofrece hoy el estreno de «VidaExtra», de Ramiro Ledo, y proyectará «Arraianos», de Eloy Enciso, y un ciclo de Lois Patiño

11 abr 2013 . Actualizado a las 06:50 h.

El Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici), que arrancó ayer en su nueva sede de La Recoleta , es el más acreditado foro del cine de vanguardia de toda América Latina. Que este certamen haya seleccionado este año las obras de tres realizadores del Novo Cine Galego, Eloy Enciso, Ramiro Ledo y Lois Patiño, deviene otro abrumador toque de atención sobre esa soterrada edad de oro que, en tiempo de tan escasos fulgores, está viviendo nuestra creación cinematográfica.

Esta 15.ª edición del Bafici contará en la sección competitiva Vanguardia y Género con Arraianos, la película de Eloy Enciso que viene ya de larga y contrastada trayectoria por festivales internacionales, entre otros Locarno y Sevilla, en donde fue premiada. El magnetismo de la obra transfronteriza de Enciso ha focalizado en estos meses la atención de una decena de certámenes de relieve.

El Bafici dará hoy paso al estreno mundial de VidaExtra, con la cual Ramiro Ledo firma una acerada reflexión sobre la crisis de las estrategias de contestación frente a un tiempo lúgubre que abre en canal las esperanzas de una colectividad. VidaExtra es la más lúcida, molesta y profunda indagación en la encrucijada -quizás cul de sac- en el que se halla la parte de la sociedad que busca alternativas de resistencia a la situación actual en Europa. Es cine que huye del optimismo antropológico de las mareas humanas. Cine que desmenuza sin piedad la ausencia de hojas de ruta efectivas para los descontentos.

Creo que no hay en el sorprendentemente escaso cine español que se ha acercado a la crisis, siempre de manera epidérmica o buenista, nada que se aproxime al análisis implacable y ausente de maniqueísmos de VidaExtra, que disfraza de ejercicio de diletantes lo que en realidad es corajuda autopsia ibérica del estado del malestar.

A Lois Patiño le dedica el Bafici un foco específico, que acoge lo más reciente del realizador, videocreaciones de imaginativa intervención en el paisaje, cortometrajes en los que celebra la avasalladora naturaleza de Islandia. Y, en la obra que tendrá su primicia en el festival, el work in progress Costa da Morte, mirada que parece transformar Galicia en territorio neonato alejado de cualquier lugar común, porque ciertamente es Patiño talento reinventado en cada una de sus obras. No en vano, antes de este interés mostrado por el Bafici, ya fue seleccionado en noviembre por el visionario Marco Müller para el bautismo de su festival de Roma.

Y es que lo que está sucediendo en la creación cinematográfica gallega no es voluntarismo ni wishful thinking. Ni siquiera Marca Galicia, qué va. Se trata de travesía libre por los festivales del mundo de una generación sin banderas de conveniencia.