Arrancan en Bilbao los actos del Año Verdi

César Wonenburger BILBAO

CULTURA

Nuria Lorenzo cumplió con creces su breve cometido.
Nuria Lorenzo cumplió con creces su breve cometido.

La mezzo viguesa Nuria Lorenzo canta en «Las vísperas sicilianas»

21 feb 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

Bilbao se ha convertido en la gran capital cultural del norte. Como se cuenta en el libro Stride la vampa, el agotamiento de la minería dio paso a un inteligente cambio de modelo de ciudad basado en el atractivo que ofrece la completa oferta de sus instituciones culturales y un paisaje industrial transformado en un nuevo y amable entorno.

En el terreno musical, junto a la programación de abono de la Sinfónica de Euskadi, Azkuna ha propiciado la sana competencia entre la exquisitez del Teatro Arriaga, basada en la búsqueda de lo menos trillado (de la ópera barroca a la música contemporánea), y la potenciación de la temporada lírica que la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera, la poderosa ABAO, organiza en el Palacio Euskalduna. En este recinto se celebra estos días uno de los más interesantes homenajes a Verdi de la presente temporada con la puesta en escena de un título poco habitual del compositor, Las vísperas sicilianas, que cuenta en su reparto con la mezzo viguesa Nuria Lorenzo.

Estas Vísperas han generado una notable controversia porque Davide Livermoore ha decidido trasladar la acción a nuestro tiempo, mostrando la degradación de la vida política italiana a partir del asesinato del juez Falcone. El director transforma además el ballet en una serie de imágenes que muestran las manifestaciones de los indignados del 15-M en España, y propicia que al final sea el pueblo el que ocupe los escaños del parlamento tras expulsar del templo democrático a los políticos para reivindicar, de esa manera, la regeneración de la vida social. La propuesta fue acogida con sonoros pataleos y abucheos desde las localidades más caras y una gran ovación proveniente de las localidades situadas en los pisos superiores. La sociedad divida, una imagen real, también en el teatro.

Donde hubo unanimidad fue en la valoración de los cantantes. La gente salió diciendo que en Bilbao hacía mucho que no se escuchaban voces tan buenas. Y eso se debió fundamentalmente a las soberbias actuaciones del tenor Gregory Kunde y del bajo Dmitry Ulyanov, vocalmente exultantes, y en menor medida de la soprano Lianna Haroutounian y del barítono Vladimir Stoyanov. Nuria Lorenzo cumplió con creces su breve cometido. Faltó, eso sí, algo de brío y pasión en la eficaz lectura de John Mauceri al frente de la estupenda Sinfónica de Euskadi.