El ladrón del Códice lleva en prisión desde julio. Estaba previsto que quedase en libertad una vez avanzase la instrucción, pero el juez rechazó esta posibilidad al saber que Castiñeiras tenía un arma. Temían por la vida del exdeán, José María Díaz, del que era su amigo hasta que se enemistó y dijo querer vengarse de él robando el libro.