Pérez Zúñiga gana el Torrente con una novela sobre el espadachín y músico Tartini

R. García A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

Valle-Inclán y un antepasado en Pontedeume unen al madrileño con Galicia

16 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Valle-Inclán tiene una presencia constante en mi vida y un antepasado mío, Román Portal Montenegro, era de Pontedeume; de allí se fue a Almería, de donde viene mi familia». Así explica su vinculación con Galicia un más que contento Ernesto Pérez Zúñiga (Madrid, 1971), después de ganar el premio literario Torrente Ballester. El jurado eligió la quinta novela de este escritor, El tercer sonido, como la mejor de las 348 que se presentaron a esta 24.ª edición del galardón que convoca la Diputación coruñesa dentro de «la apuesta que hacemos por la literatura, el arte y la cultura», según afirmó su presidente, Diego Calvo.

Ángel Basanta, portavoz del jurado, destacó que el ganador es «un autor de cierto peso» y recordó el éxito de su novela anterior, El juego del mono. En esta obra, el protagonista lleva el nombre de Montenegro en un homenaje a Valle, según Zúñiga.

«Es una novela que gustará a los amantes de la aventura, de la historia y del entretenimiento», auguró Basanta. Al destacar la calidad de los originales citó la novela finalista, firmada por Miguel Catalán, que «estoy seguro de que no encontrará ningún problema para encontrar quién se lo edite».

Pérez Zúñiga destacó que «el jurado es tan bueno que el hecho de que te premien una novela es como tener una decena de críticas elogiosas». Evocó que el origen de la novela premiada, que presentó con el seudónimo de Antonio Bandini, surgió cuando «estaba escuchando una sonata, El trino del diablo, de Giuseppe Tartini (1692-1770), que hace una música muy profunda; me llamó la atención y empecé a profundizar en su vida, que apenas era conocida». Y así nació una novela sobre la asombrosa vida de este violinista «que de muy joven se dedicó a la esgrima e incluso mató a gente». La trama está contada por dos voces, «como una sonata y fuga», siendo la primera el propio Tartini y la segunda «una voz diabólica, contemporánea, que se burla de él y revela cosas que hizo».