Lorenzo Silva y Mara Torres se redescubren gracias al Planeta

Nacho Mirás SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

Sandra Alonso

El ganador y la finalista del premio hacen escala en Galicia en su periplo de presentaciones

14 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuenta Mara Torres, finalista del Premio Planeta 2012 con La vida imaginaria, que el tramo del Camino de Santiago que recorrió desde Ponferrada con cuatro amigos fue una de las mejores experiencias de su vida. «El Camino de Santiago es claramente -dice- el viaje a Ítaca, donde estás disfrutando del viaje». Ayer regresó a Santiago con otro planteamiento; como quien dice, en acto de servicio. Lo hizo junto con el ganador del Premio Planeta 2012 con La marca del meridiano, Lorenzo Silva.

Mara y Lorenzo son buenos compañeros de viaje. La gira de presentación del premio es intensa y conviene llevarse bien. «Nos conocemos desde hace quince años -explica ella- yo siempre lo entrevistaba cuando trabajaba en la radio porque es un muy buen conversador y sabe casi de todo». El año pasado lo invitó a que hiciera la edición de uno de los informativos de La 2, dedicado a Afganistán, y el resultado fue estupendo.

Silva casi se sonroja. Pero cambia de tercio y se queja del tiempo. Y no precisamente de la meteorología: «Hay varias cosas que me gustaría hacer. La primera, coger un coche en Tarifa y conducir de un tirón hasta el Cabo Norte, tengo hasta la ruta hecha. Y hacer el Camino de Santiago desde Roncesvalles. Y recorrer Estados Unidos de Costa a Costa. Pero tengo tres niños pequeños y una cuarta en camino». «Pues ten cuidado con lo que deseas, que se puede cumplir», le responde su compañera de periplo, que sabe bien de lo que habla.

Opiniones cruzadas

Momento de opiniones cruzadas. ¿Qué destaca cada uno del libro del otro? «Creo que esta novela de Lorenzo es la mejor de la serie, no solo porque es la más completa, sino porque abarca dos dualidades: la personal y la sentimental de los personajes. Cualquier lector que no haya leído ninguna de las anteriores va a encontrarse con una novela redonda, que te acerca al trabajo de las fuerzas de seguridad; que te enseña que detrás de un crimen hay tramas muy complejas; que sin juzgar a los personajes, Silva demuestra una gran capacidad para demostrar la injusticia y criticar los atajos que se han tomado en este país durante mucho tiempo».

Lorenzo Silva dice que Mara ha acertado con el personaje de Fortunata Fortuna: «Si tú no tienes buenos personajes, no tienes historia». Y esa primera gran baza la juega la autora ya en la primera página. El padre de los agentes Bevilacqua y Chamorro destaca también algo que le llamó la atención desde el principio: «Escribir una historia de amor y desamor es, para mí, lo más difícil de escribir; temes ser cursi, ser tremebundo, melodramático, pornográfico a veces, estúpido, burdo... es un campo de minas. Y Mara navega por ese campo de minas casi como su personaje, volando por encima de él porque, desde el principio, utiliza el sentido del humor, pero en la facción más elegante del sentido del humor».