Claudia Cardinale asume sin problemas el paso del tiempo

Efe

CULTURA

La actriz italiana asegura que nunca se ha hecho un «lifting» y que la clave es mantenerse activa

25 sep 2012 . Actualizado a las 13:04 h.

La legendaria Claudia Cardinale cede su testigo como musa a Aida Folch en «El artista y la modelo», de Fernando Trueba, una hermosa reflexión sobre los ciclos de inspiración y éxito que van y vuelven a lo largo de la vida, y que se ha presentado en el Festival de San Sebastián.

«Yo nunca he querido frenar el paso del tiempo», explica a Efe en una entrevista la legendaria actriz de El gatopardo u Ocho y medio. «No me he hecho un lifting ni nada, pero sobre todo, he estado siempre activa. He hecho 130 películas y sigo trabajando», añade con satisfacción.

Con la belleza natural de sus 74 años y sin haber perdido un ápice de su coquetería, Claudia Cardinale ha estado en San Sebastián de muy buen humor y contenta de haber recuperado, como le pasa al artista del título de la película, el genio del arte en este 2012, en el que además de con Trueba, ha rodado con otro experto en asumir la edad: Manoel de Oliveira.

En El artista y la modelo, interpreta a la antigua musa y actual esposa del personaje de Jean Rochefort, la cual al considerar que «el arte es tan importante para él», le busca una nueva y jovencísima modelo, interpretada por Aida Folch, que «consiga que su tiempo vuelva a empezar» y le haga recuperar su necesidad de crear.

Cardinale fue elegida por el director de Belle Epoque porque para él era «el amor de la infancia y la adolescencia, sin competencia», y la filma en un esplendoroso blanco y negro.

Pero es inevitable volver al pasado al hablar con Claudia Cardinale, y ella misma no duda en afirmar que llegó a la profesión «en un momento mágico para el cine», que le hizo coincidir en un mismo año con Visconti y Fellini. Aunque también hace hincapié en que ahora apuesta «por muchos directores debutantes», a quienes «hay que ayudar -afirma- en estos momentos difíciles».

Nacida en Túnez, con sangre siciliana y residencia parisina, Cardinale no tiene patria concreta a la que aferrarse, pues aunque su lengua materna es el francés canta antes de la entrevista el clásico de la canción italiana La bambola.

Y aunque afirma orgullosa que directores como Martin Scorsese o Francis Ford Coppola le han reconocido que están muy influenciados por algunas de las películas que ella protagonizó, como Hasta que llegó su hora, de Sergio Leone, quien realmente pertenece es el público, del que acepta todo tipo de mitomanía.

«Es increíble que la gente me admire, que me vean y me besen. Es a ellos a quien les debo el éxito», concluye.