José María Merino: «La del cuento es una cultura bien arraigada»

CULTURA

25 oct 2013 . Actualizado a las 16:10 h.

La narrativa breve de José María Merino (A Coruña, 1941) es objeto de antología en el volumen La realidad quebradiza, cuyo propio título ya pregona el interés del escritor por dotarse de un territorio propio en el que pueden convivir lo fantástico y lo misterioso con acercamientos a la ciencia ficción más clásica.

-¿Se ven bajo una nueva luz los cuentos en una antología?

-La peculiaridad de esta antología es que el responsable de ella es Juan Jacinto Muñoz Rengel y fueron sus criterios los que han prevalecido, con mi conformidad, por supuesto. Él se propuso que en el libro estuviese representado todo el abanico de los temas que he venido tratando a lo largo de mi obra (lo relativo de la condición humana, los mundos paralelos, el doble, las metamorfosis, los fantasmas?) y que además quedase patente la evolución en mi tratamiento de lo fantástico y de lo extraño. No puedo decir sino que estoy satisfecho con el resultado.

-¿Debemos deducir de la antología que la literatura es el resultado de curiosidad, memoria, imaginación y expresión personal?

-La curiosidad, y además la que intenta encontrar los aspectos menos banales de la realidad, debe ser la principal mirada del narrador, realista o fantástico. La memoria es ese extraño viaje en el tiempo -en contra de las leyes de la física- que tiene el precio de que nunca recordamos exactamente las cosas tal como fueron. Ambas perspectivas son, sin duda, el mejor alimento para la imaginación. Y, ciertamente, la manera personal de contar es lo que conforma por fin el relato.

-¿Se sigue considerando el cuento el hermano menor de la novela?

-Desde Calila e Dimna y las Cantigas de Santa María, en España llevamos casi ocho siglos publicando cuentos, de modo que es una cultura bien arraigada. Y durante la segunda parte siglo XIX y el primer tercio del XX, los periódicos y las revistas españolas e hispanoamericanas publicaban continuamente a escritores como Leopoldo Alas Clarín o Emilia Pardo Bazán. La incultura de la mayoría de los lectores españoles actuales en materia de cuentos proviene de la posguerra, en que los cuentos desaparecieron de la prensa y la lectura de literatura se consideraba peligrosa (novelas, no verlas). Ahora hay excelentes cuentistas, pero el desinterés de la mayoría de los lectores continúa, por un problema de formación que sin duda no se va a resolver él solo?

-¿Por qué la falta de afecto en España por la ciencia ficción¿ ¿Sería posible aquí una serie como «Doctor Who»?

-Magnífica serie, ciertamente, apropiada para todos los públicos? Pienso que también la incultura tiene que ver en el asunto. Sin duda hay falta de sensibilidad hacia lo fantástico y la ficción científica, pero muchos lectores se apasionan con best-sellers que tratan de la Sábana Santa y asuntos así de interesantes. En cuanto al cine, el éxito incontestable de la saga Torrente muestra por dónde van los gustos?

-¿Cómo van las gestiones en la RAE para la inclusión en el Diccionario de «metaliterario» y «distopía»?

-Muy bien. Espero que veamos esos vocablos en la 23.ª edición del Diccionario.

-En la antología se incluye un relato ambientado en Galicia y reaparece insistentemente el personaje del profesor Eduardo Souto...

-Para empezar, yo soy coruñés de nación, como se decía antes, y mi condición de leonés es perfectamente compatible con mi afecto hacia Galicia, de la que guardo una memoria personal muy grata. Aparte de mis recuerdos infantiles, cuando mis hijas eran niñas veraneábamos en las Rías Baixas -Portonovo- y luego en Camariñas, en la Costa da Morte, y me la nadé y buceé mucho? Los escenarios impresionantes de la mar de Trece me parecieron muy adecuados para la experiencia de evaporación del profesor Souto, que muchas veces se me aparece cuando estoy escribiendo un cuento, me lo reclama, y no tengo más remedio que meterlo a él como personaje?