Maestros y discípulos

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto EL QUID

CULTURA

10 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La formación imprime carácter. Que Rafael Moneo tuviera como mentores a Sáenz de Oiza y Jorn Utzon es tan natural como que entre sus discípulos estén Tuñón y el malogrado Mansilla. Es la arquitectura clásica y racional, de la luz y el espacio, sin aspavientos ni adornos superfluos. Moneo no solo es nuestro único Pritzker, sino que es uno de los Pritzker de los que el jurado puede estar seguro de la coherencia del galardón. Igual que los Príncipes de Asturias, que premiaron a Calatrava -su antítesis- en 1999. Quizá, en el debe del arquitecto navarro está el haberse dedicado demasiado a proyectos institucionales, como la mayoría de los grandes. No participó del bum de la arquitectura espectáculo, pero tampoco se oyó su voz contra ella. Hoy, más que nunca, necesitamos que los maestros se impliquen.