Eastwood declaró hace poco al diario The Los Angeles Times que no recuerda haber votado nunca a un demócrata para presidente. Pero lejos de ser estigmatizado en un mundo tan progre como el de Hollywood, ha sido respetado en sus ideas. Pocos ejemplos plasman el respetuoso manejo de sus ideas como el díptico sobre la ocupación estadounidense de Japón, con Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima. «Siempre he sido un liberal, en lo que se refiere a que la gente piense por sí misma. Pero siempre he sido beligerante en cuestiones como el déficit o en los rescates de bancos o empresas», decía en esa entrevista. Todo mientras en cartelera está su retrato de J. Edgar Hoover: «Era un patriota en su corazón, pero se excedió en su poder. Si ayudó o no a Estados Unidos, aún está por ver», define Eastwood al impulsor del FBI. Y esa definición equidistante se ajusta a la polémica en la que se ha visto envuelto por culpa de un anuncio de la Super Bowl.