La etapa española de Sigourney Weaver

La Voz MATEO SANCHO CARDIEL / EFE

CULTURA

Tras rodar «Luces Rojas» a las órdenes del gallego Rodrigo Cortés, la actriz escribirá a Almodóvar, que prepara un guion en inglés. «Tengo que intentarlo»

05 feb 2012 . Actualizado a las 13:11 h.

Sigourney Weaver rodó Luces rojas en el 2011 con Rodrigo Cortés en Barcelona, donde se sintió «catalana por unos días», estrenará en abril el «thriller» rodado en Madrid The Cold Light of Day, y ahora que Pedro Almodóvar prepara un guion en inglés, asegura que le enviará un email. «Tengo que intentarlo», dice.

«Ha sido un año español maravilloso», asegura en una entrevista telefónica con Efe la actriz que, también recuerda, le echó un cable a su amigo Ridley Scott cuando se quedó sin Isabel la Católica para 1492: La conquista del paraíso y acabó siendo «reina por un día», rodando en Salamanca y Sevilla.

«Debería aprender español, me encanta la gente allí. Es simpática y muy graciosa. Adoro especialmente Barcelona», prosigue esta fan incondicional de Almodóvar. «Es un hombre estupendo. ¿Puedes avisarme, por favor, si necesita a una actriz estadounidense?», pregunta.

La actriz, después de haber alcanzado la gloria en la tetralogía de Alien, formar parte de los Cazafantasmas y renacer para Hollywood en el planeta Pandora de Avatar, se encarga ahora de desenmascarar cualquier rasgo sobrenatural en Luces rojas, de Rodrigo Cortés.

En la película, que se estrena el 2 de marzo en España, encarna a Margaret Matheson, «una mujer realmente interesante, brillante y excéntrica en su pasión por este campo paranormal» quien, junto a Cillian Murphy, intenta encontrar la trampa al parapsicólogo interpretado por Robert De Niro.

«Interpreto a una experta en desmantelar fenómenos paranormales, así que voy a observar, probando si existe una dimensión que no sea los fantasmas. Los miedos de la gente son un gran negocio», explica mientras se prepara en Nueva York para interpretar en el Lincoln Center Vanja, Sonja, Marsha and Spike, una actualización del teatro de Chéjov.

Y es que hace ya tiempo que Sigourney Weaver no tiene Hollywood entre sus grandes prioridades. «Damos demasiada importancia a Hollywood. Cada actor debe decidir cuánto negocia con la industria, pero creo que lo bueno de nuestro trabajo es que las mejores cosas pueden aparecer sin más, como me pasó con Rodrigo Cortés», asegura.

Luces rojas, que ha polarizado las reacciones en Sundance, le gusta precisamente por eso: «No te lleva de la mano y te sobreprotege como otras películas de Hollywood. Te deja en un limbo, con más dudas incluso de las que tenías cuanto entraste en el cine», asevera.

Nominada tres veces al Óscar -por Aliens: El regreso, Gorilas en la niebla y Armas de mujer- no echa de menos estar en la primera línea de los grandes estudios, pues eso le ha permitido alternar con cintas como La tormenta de hielo, por la que ganó el BAFTA -«ya tengo un Óscar inglés», bromea-, El mapa del mundo o Rampart.

Sigourney Weaver ha marcado desde siempre su propio camino. Desde el día en que, con 11 años, se dio cuenta de que su nombre, Susie, no le gustaba, y decidió apropiarse otro sacado de El Gran Gatsby, uno de sus libros favoritos.

«Era fan de Scott Fitzgerald y cuando tenía 11 años era igual de alta que ahora (mide 1,80 metros). Susie me parecía un nombre de ardilla y pensé que Sigourney era el de una persona alta, así que empecé a llamarme así a mí misma. Ahora lo pienso y me fascina que siendo tan pequeña tomara una decisión tan radical, aunque ahora algunos me llaman Sigouey y me vuelve a sonar a ardilla», bromea.

Con idea de volver a las secuelas de Avatar -«será algo totalmente distinto, aunque no puedo decir nada», avanza-, a quien no quiere resucitar es a su célebre teniente Ripley, aun cuando Prometheus, la precuela no oficial de la saga Alien, desempolvará sin duda la fiebre por aquellas películas.

«No sé nada de Prometheus, pero si la hace Ridley Scott estoy tranquila, porque está en buenas manos. Creo que está basada, además, en una idea que le di yo hace tiempo, la de explorar el planeta original de donde proceden los aliens. Es más sano que hacer otro 'Alien'. Hemos hecho cuatro películas muy interesantes, ¡dejemos descansar a esa mujer!», concluye.