La rana Gustavo y la cerdita Peggy, de paseo por Madrid

EFE

CULTURA

Angel Díaz

Dos de los protagonistas de Barrio Sésamo presentan en España su nuevo filme «Los Muppets».

23 ene 2012 . Actualizado a las 19:34 h.

El interminable tira y afloja entre la rana Gustavo y la cerdita Peggy ha tenido un nuevo capítulo en Madrid, donde han presentado su nuevo filme, «Los Muppets», y no han vivido episodios de celos porque «aquí miran a Peggy, pero con otra idea en la cabeza. Como parte del menú», explica el anfibio.

«Siento cierta atracción por ese 'Museo del jamón', aunque para Peggy es un poco inquietante. Yo sé lo que siente, porque me pasó lo mismo en París», explica a Efe la rana Gustavo. Pero cualquier comentario suyo es tomado como un ataque por la cerdita Peggy, que se defiende diciendo: «No tengo miedo. Todos los hombres son aquí mis admiradores».

«Los Muppets» llegará a las pantallas españolas el 3 de febrero después de haber demostrado ampliamente su rentabilidad en Estados Unidos, algo no tan previsible teniendo en cuenta que hacía doce años que no aparecían por los cines las criaturas inventadas por Jim Henson.

Pero para ellos parece no pasar el tiempo. Hace ya 36 años desde su primera aparición en la pequeña pantalla y siguen luciendo como el primer día. «Estás magnífica, Peggy. Y sin botox», le dice con ojos de amor su «Gustavín», como ella le llama.

«No me pongo botox, pero hago otras cosas. Esa sustancia que se inyecta en tu piel para quitarte las arrugas, en realidad viene de los cerdos. Así que no necesito que me la pongan, está en 'moi'», dice introduciendo sus conocimientos en francés, que le sirvieron para, en este nuevo filme, interpretar a la redactora jefe de Vogue París.

Y así, sin tiranteces faciales y con un papel que en «versión humana» le reportó mucho premios a Meryl Streep en «El diablo viste de Prada», espera por fin ganar ese galardón que un día reivindicó desde los premios de la Academia de Hollywood y que, a la vista de este nuevo éxito, quizá por fin consiga: el Oscar Mayer.

Para auparla hacia esa gesta, «Los Muppets» han vuelto apoyados por las interpretaciones de Jason Segel -a su vez autor del guión-, Amy Adams y Chris Cooper y cameos de artistas tan variados como Selena Gómez, Woopie Goldberg, Emily Blunt, Leslie Feist e incluso el veterano Mickey Rooney.

Gustavo -Kermit en inglés, René en latinoamérica, pero responde a todos los nombres- tiene un truco más fácil: «Es simplemente vivir en el pantano. Estar ahí hidratado, ese es mi secreto», explica.

Ambos se juntan en «Los Muppets» junto a otros clásicos del programa de los Teleñecos como Gonzo, Animal o Fozzie, para reivindicar su humor artesano y recaudar los 10 millones de dólares que necesitan para que no destruyan su antiguo parque temático, bajo el cual acaban de hallar un yacimiento de petróleo.

En su vuelta al mundo del espectáculo, han encontrado varios cambios. Por un lado, les ha influido la llegada de Obama y esperan que, tras el «Black Power», llegue el «Green Power», de Gustavo -«me gusta el poder verde, tiene un mensaje medioambiental», dice quien hiciera famoso eso de «es duro ser verde»- o que, mientras en España gobierna el PP, Peggy se apunte al PPP (Pink Peggy Power).

No solo la política ha cambiado. El periodismo, profesión que Gustavo ejerció como colaborador en «Barrio Sésamo», también. «Hace mucho que no ejerzo. Tengo guardada mi gabardina y mi micrófono, pero creo que siempre habrá sitio para un periodista que quiera llegar a la verdad de la noticia», asegura.

Peggy, una vez más discrepa. «A mí me gusta el entretenimiento. Y ahora yo soy la jefa», dice antes de volver a aplicar a su pareja sentimental una de sus famosas llaves de kárate que no empañan su imagen de «diva del pork».

«He dado consejos a Lady Gaga y ha sido muy obediente», dice en referencia a la pasión que ambas comparten por las pelucas. «También le dije que debería tener una rana y es lo que hizo. Intentó coger mi rana, pero no se lo permití», asegura.

«Acabó comprando un montón de Gustavos de peluche», agrega Gustavo. «Y duerme con ranas Gustavo por todo su cuerpo, por decirlo de alguna manera», concluye.