Bajo la dirección de Lluís Homar, las letras de Valle-Inclán regresan a Madrid en las tablas del teatro María Guerrero. Luces de Bohemia es la elegida para traer a escena una reflexión sobre el esperpento y «el sentido trágico de la vida española», en palabras del protagonista Máximo Estrella, el escritor alcohólico, pobre y ciego, interpretado por el actor Gonzalo de Castro.
La idea de dar vida a esta obra del dramaturgo pontevedrés en la misma ciudad en que se ambienta la obra surgió hace dos años, cuando el anterior director de la CDN, Gerardo Vera, le propuso hacer el montaje. Homar afirma que no pudo decir que no. «Como actor siempre me fascinó la obra, pero como director me preguntaba, ¿cómo coño se interpreta esto?», dijo, y añadió que «fue un susto enorme». «Me despertaba a las seis de la mañana con ataques de ansiedad», cuenta. No es para menos, cuando además Homar vuelve a la dirección teatral después de doce años tras su experiencia como productor, director y protagonista de Hamlet.
Durante la presentación del montaje en el Centro Dramático Nacional (CDN), el director dijo que del texto original solo fueron modificadas «siete palabras», ya que la producción no es «un ejercicio de estilo», sino un un «trabajo de mancomunidad».
Musculatura ideológica
El dramaturgo y compositor musical Xavier Albertí, que forma parte de la producción, asegura que ese «sainete yuxtapuesto con lo trágico» que supone el texto de Valle-Inclán tiene «una musculatura ideológica de primer nivel».
Y es que la obra, escrita entre 1920 y 1924, parece que no pierde vigencia. Incluso va más allá, convirtiéndose en una visión del mundo de gran actualidad. Para Albertí, emerge como «cómplice imprescindible para rearmarnos ideológicamente y salir a la calle a cambiar las cosas». Luces de Bohemia, que se estrenó el viernes, estará en cartel hasta el 25 de marzo.