«The artist» y «Homeland» dominan unos Globos de Oro muy repartidos

Camilo Franco

CULTURA

LUCY NICHOLSON

Un Ricky Gervais rebajado marca el tono tranquilo de una gala sin sobresaltos

16 ene 2012 . Actualizado a las 21:19 h.

El año sesenta y nueve de los Globos de Oro acabó como acaban las carreras tranquilas pero con final igualado. Un reparto generalizado de los premios que no quiso destacar a nadie y del que consiguieron sacar media cabeza la película «The artist» y la serie «Homeland», todavía por estrenar en España. La gala fue tranquila y sin sobresaltos quizá porque Ricky Gervais decidió repetir el tono del año pasado, pero ligeramente rebajado.

En un año en el que todos los premiados destacaron el nivel interpretativo y los críticos apuntaron, una vez más, el crecimiento artístico de las series frente al cine, los premios se apuntaron homenajear a los veteranos como Woody Allen, Scorsese, Jessica Lange, Meryl Streep, Christopher Plummer en categorías de guión, dirección, actrices y actor, pero no respaldaron de igual modo las películas.

Los tres premios de «The artist» la sitúan como la ganadora de la noche, seguida en largometrajes por «The descendants» con dos, hasta convertirla en una relativa sorpresa. Pero el palmarés de la series aún registró más dispersión. Solo «Homeland» conseguió concentrar dos premios, uno de ellos a la mejor serie dramática. Esta serie de intriga con doce capítulos y arranque vertiginoso aún no ha encontrado canal de emisión en España.

En la extraña combinación de series y largometrajes, de comedia y musicales o de dramas que hacen estos premios que a veces consiguen condicionar a los oscars, «Tintín» ha recibido un respaldo como largometraje de animación que quizá no consiga dentro de poco más de un mes. Los corresponsales extranjeros en Hollywood, que organizan premios, han pasado por encima de Almodóvar y «La piel que habito» y se han decidido por la película iraní en el apartado de habla no inglesa. El director de «Una separación», Ashgar Fahardi puso la única nota de cierta profundidad en una noche insulsa de agradecimientos a familias e equipos, dijo que estaba obligado a hablar de su pueblo: «un pueblo amante de la paz».

Con Ricky Gervais conciliador para lo que suele ser habitual en él y con el humor blanco escasamente repartido por los premiados, la gala no se salió del patrón ni cuando Antonio Banderas recurrió al siglo de oro español para contestar al presentador que aseguraba no entender que hablaba el actor malagueño con Salma Hayek. Gervais tuvo menos protagonismo que el año pasado y orientó una parte de su introducción en explicar por qué los Oscar se parecen a los globos de oro con más impostura. Johnny Depp se puede sentir más aludido que la media. Gervais le pregunto si se drogaba para cortarle diciendo «no contestes a la pregunta, todos sabemos la respuesta».