Fincher, Reznor y un paisaje de nieve y violencia

Miguel Piñeiro / Redacción digital

CULTURA

El director repite su exitoso maridaje con el músico para ilustrar el primer episodio de su versión de la saga Millenium.

12 dic 2011 . Actualizado a las 19:44 h.

El 21 de diciembre llega a las pantallas españolas una de las películas más esperadas del año: el primer episodio de la revisión que el director David Fincher hará de la trilogía Millenium, los populares y masivamente vendidos libros de Stieg Larsson. The girl with the dragon tatoo (título en inglés de Los hombres que no amaban a las mujeres) es la primera entrega de la serie, que por los avances vistos llevan impreso el potente sello visual de Fincher, con una estética rozando en lo gótico y de mayor crudeza que la película y posterior serie realizadas en Suecia.

De lo primero que se avanzó de esta película fue la realización de la banda sonora. Fincher no dudó para la ocasión en renovar su relación con Trent Reznor. Dos de los artistas de masas más influyentes de finales de los 90 y la primera década del 2000 unían fuerzas en el filme más personal de Fincher, La red social. El resultado fue tres Óscars, uno de ellos a la mejor banda sonora. Ahora, Reznor, que ha puesto en paréntesis su etapa en Nine Inch Nails después de 20 años de carrera, busca su segunda estatuilla con el esperado blockbuster en que se convertirá The girl with the dragon tatoo. El músico de Cleveland vuelve a formar dúo musical con el productor Aticcus Ross, cuya influenciua ha ido redifiniendo el sonido de NIN en sus últimos discos de estudio.

El primer avance de la nueva banda sonora de Reznor para Fincher no puede ser más apabullante y a la vez alejado del tono general de su anterior creación para La red social. Una atronadora e imparable versión del éxito de Led Zeppelin Inmigrant Song, llevado al terreno más industrial de NIN y culminado por un muro de sonido que arrasa con todo. Reznor decició revisitar una de las canciones más famosas de uno de los grupos iconos de la masculinidad con la voz de la cantante Karen O. Un guiño al feminismo radical de Lisbeth Salander, la protagonista de la saga de Larsson.

La apuesta de Fincher por Reznor para sus dos últimas películas es fruto de la evolución creativa de ambos. El director se labró un nombre en la industria del videoclip, después de realizar productos para artistas como Madonna, Ry Cooder, Aerosmith, y (por increíble que parezca), los Gipsy Kings y su versión del Bamboleo. Su carrera como director de vídeos musicales se frenó de golpe cuando emergió su faceta de cineasta: se sucedieron los éxitos de Seven, The Game y El Club de la Lucha, un tramo en el que apenas puso su firma a clips. Sólo hizo dos excepciones en los últimos 11 años: Judith (The Perfect Circle) y Only (Nine Inch Nails). Ahí entró en contacto con Reznor, quien por su parte y bajo la colaboración con Ross, fue añadiendo matices a su música en sus últimos discos.

«Ghosts», el paso decisivo

El paso decisivo que le llevó al mundo de las bandas sonoras fue su álbum conceptual Ghosts, un disco dividido en cuatro cedés con pinceladas casi paisajísticas, con el lado más instrumental de Nine Inch Nails, llenas de sonidos programados, guitarras retorciéndose y pianos que suenan como letanías. En Ghosts está la línea que siguió para componer la música de La red social, una línea en las antípodas de los grandes himnos de Reznor como March of the Pigs o Closer, que le convirtieron en una estrella. La banda sonora de The girl with the dragon tattoo ya está a la venta en iTunes, y versión de Inmigrant Song aparte, el resto de sus 38 cortes parecen seguir el mismo camino de su primera banda sonora. El single queda como una erupción de la violencia que descansa en la historia de la película, en medio del paisaje nevado del invierno sueco. ¿Le llevará también al Óscar?