George Harrison y la tercera vía

camilo franco SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

El documental de Martin Scorsese libera al músico de la sombra permanente de The Beatles en el décimo aniversario de su muerte

03 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El mito sobre The Beatles crece con el tiempo. Hace diez años, la desaparición de George Harrison lo amplió un poco más desplazando el foco desde el centro Lennon-McCartney hacia la mucho más tranquila esquina que ocupaba el más joven de los cuatro miembros del grupo.

Martin Scorsese decidió hacer coincidir el décimo aniversario de la muerte de Harrison con el estreno de un documental llamado a ser la tercera vía de la historia de The Beatles, una explicación en la que asome la tercera potencia del grupo. Living in the Material World son tres horas largas de biografía que, además de las imágenes que todo el mundo conoce sobre el cuarteto y su guitarra solista, ofrece material que solo un autor como Scorsese podría conseguir. Algunas cartas que Harrison escribió a sus padres mientras las giras de la beatlemanía se extendían en la geografía y en el tiempo.

Grandes nombres

Scorsese tampoco se salta el guion como documentalista. Recupera la línea biográfica y se sirve de los grandes nombres que rodearon a George Harrison para completar el retrato. Paul McCartney, el primero de la lista, Eric Clapton, Ringo Starr, Yoko Ono, los miembros de los Monty Python, Tom Petty y Patty Boyd, entre otros muchos, hasta el punto de que Scorsese queda atrapado en la paradoja: intentando librar al protagonista de la sombra de The Beatles, la película parece demasiado un documental sobre el grupo.

George Harrison libró pocas batallas dentro del cuarteto de Liverpool. Era difícil luchar con dos egos bien afirmados y sus poderosas melodías. El guitarra solista fue a lo suyo: a la navegación entre mares, a colocar las piezas que le dejaban y a reivindicarse como el músico que era en cuanto el grupo desapareció. Tuvo el inicio más espectacular en solitario de los cuatro, con un triple álbum, All Thing Must Pass, y con la puesta en marcha del Concert for Bangladesh que marcó una época y una actitud.

Ser un beatle lo marcó, pero él también marcó en algo al grupo porque la aventura oriental, la música india y algo del sentido del humor de Harrison, tranquilo pero rebelde, llegaron hasta la superficie del conjunto y, lo mismo que puso sitares al pop, puso algo de calma entre los monstruos.

La hora de The Beatles nunca ha pasado. La de George Harrison ha llegado ahora.