El turolense regresa con clásicos del pop latino para masas.
28 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.En diez años de carrera ha conseguido ser número uno cinco veces. Eran los tiempos en los que las cifras eran el principal argumentario de algunas compañías. Ahora, David Civera se autoproduce, «como Amaral», apunta acerca de sus paisanos maños, y lanza A ritmo de clásicos, un disco de versiones de canciones de esas que pueden sonar a la perfección en un especial de fin de año. Mis manos en tu cintura, Te amo, Lady Laura, Gloria... son algunos de los temas que ahora defiende el intérprete de Perdóname o Que la detengan. Civera, casado y con un hijo, que asegura estar mirando su calendario para saber cuándo le toca Galicia y que asegura que comer es su perdición, lleva diez años en el negocio musical. Afirma que le ha ido bien porque ha sabido ahorrar.
-Después de los años en los que las compañías invertían a lo loco, parece que tocan vacas flacas... ¿Cómo lo lleva?
-Muy bien, porque en aquellos años que dices, no me volví loco y supe ahorrar. Pero, ¡ojo, que no tengo para toda la vida! También lo llevo bien porque me encanta lo que hago. Podría grabar en casa mis discos, porque trabajo ese aspecto. Y ahora toca autoproducirse y tiene muchas cosas buenas. Como Amaral, que son paisanos y me gustan mucho.
-Pero lo suyo, con estas versiones, va por otros derroteros...
-Son canciones infalibles. Como yo digo, tengo mamás y abuelas por toda España y les debía este disco. Son temas de toda la vida aunque con un sello dance y bailable y un toque Civera.
-¿Le da tranquilidad que sean canciones contrastadas con el éxito?
-Y también responsabilidad. Con canciones de este disco podríamos haber pensado en un disco cuádruple. Si lo piensas bien, un disco de este tipo es más difícil que uno de temas propios.
-¿Cree que alcanzará esos número uno de antaño?
-No lo busco. En diez años de carrera lo he sido cinco veces. Y ahora no es algo que me motive especialmente. Me siento feliz con mi carrera ahora. Antes era una locura en la que no te enterabas de nada. Ni vivías. Tengo un hijo, estoy casado, y estar con mi familia es algo que ahora no cambio por una carrera en Miami.