«Tintín en el Congo» no tenía intención de discriminar, según su defensa

D. R. madrid / colpisa BARCELONA / ENVIADO ESPECIAL

CULTURA

15 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El juicio contra la sociedad que protege los derechos de Tintín (Moulinsart) y la editorial Casterman por el posible carácter racista de la aventura del periodista en el Congo celebró ayer su segunda y última vista en Bruselas. El Tribunal de Primera Instancia anunció a las partes que tendrá un veredicto a partir del 12 de diciembre, después de escuchar a la defensa del cómic belga.

Los abogados de la editorial y la sociedad argumentaron que Hergé no pudo discriminar a ninguna persona porque debe existir una intención de discriminar. Además, insistieron en que no se puede acusar al historietista de xenofobia porque Hergé fue un hijo de su tiempo (aunque después modificó su conducta), en el que los falsos clichés sobre los negros eran moneda común en la sociedad belga. «Hergé juega con los clichés y no quiere difundir ninguna idea de superioridad», indicó la abogada Sandrine Carneroli. También criticó al demandante, el belga de origen congoleño Mbutu Mondondo Bienvenu, por haber esperado hasta el 2007 para llevar a los tribunales, en ese caso penal, una obra cuyo último retoque se produjo en 1946. Ahora, ante un tribunal civil, la defensa argumentó que no se puede aplicar la ley antirracismo belga, de 1981, de forma retroactiva.