Barcelona reivindica a Miró

camilo franco BARCELONA / ENVIADO ESPECIAL

CULTURA

La muestra «La escalera de la evasión» destaca el compromiso del pintor

15 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Joan Miró no fue inmune a los cambios políticos ni se evadió de las circunstancias que lo rodearon. Es la tesis sobre la que se ha realizado la exposición antológica La escalera de la evasión, que en la noche de hoy se inaugura en la fundación barcelonesa que lleva el nombre del artista y que ya ha pasado por la Tate Modern de Londres.

La muestra, que reúne cerca de 150 obras y cuenta con el respaldo de la Fundación BBVA, explica que en la primera línea del pensamiento del pintor estuvo siempre Cataluña. Otra intención es volver a poner en evidencia la interrelación del artista con Barcelona.

Desde 1993, cuando se celebró el centenario del nacimiento de Miró, no se había reunido tanta obra del artista para una antológica. Además de los fondos propios de la fundación, se han reunido piezas de colecciones europeas y norteamericanas, organizadas con la intención de demostrar cómo los acontecimientos de la historia influyeron en la obra del artista.

La exposición refuta la idea de que Miró fue un artista acomodado o evasivo a la hora de enfrentarse a las circunstancias, sobre todo a las contrarias, que lo rodearon en el siglo XX, que le tocó vivir por entero. La antológica ilustra cómo la respuesta de Miró a momentos de gran tensión (las revueltas de octubre de 1934, la guerra civil, las dos guerras mundiales, la represión del franquismo) fue siempre una pintura más violenta, más agresiva y más negra, alejándose de los colores básicos (rojo, amarillo y azul), que se convirtieron en un signo de identidad.

Una identidad que también es argumento de la antológica que ha estado en la Tate Modern londinense y que viajará a Washington tras rematar en marzo en Barcelona.

Catalanismo

La exposición abierta en Barcelona quiere reforzar la idea de que el catalanismo fue el centro del ideario de Miró, un ideario que tuvo militancia política en el nacionalismo y que alimentó su obra de referentes de la cultura, tradicional y moderna, de Cataluña. La directora de la Fundación Miró, Rosa María Malet, recordó en la presentación que el del pintor había sido «un compromiso ético que nunca abandonó».