La ocupación nazi
Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos periodistas, columnistas y dibujantes belgas decidieron cesar en sus funciones para no trabajar bajo el yugo de los ocupantes nazis. Hergé no. Fichó por Le Soir, dirigido por Raymond de Becker, que no escondía sus simpatías nazis. Durante esa época, el historietista publicó sus tintines, aunque alejados de la actualidad. Así nacieron El cangrejo de las pinzas de oro, La estrella misteriosa, El secreto del Unicornio, El tesoro de Rackham el Rojo, El templo del Sol y Las siete bolas de cristal, además de personajes como Haddock y Tornasol. Sin embargo, su labor durante la contienda tuvo sus consecuencias y, durante dos años, estuvo exiliado de la prensa belga.
El retorno al trabajo vino dado por Raymond Leblanc, un editor y combatiente de la resistencia, que dio apoyo financiero y apoyó a Hergé para que siguiera trabajando y realizase sus mejores libros. El loto azul es el comienzo de una serie de libros en los que el dibujante valón profundizó en el lado humano y abandonó todo cariz político. Hergé evolucionó con los tiempos, aunque su pasado todavía le persiga.