Una piel habitada por varios gallegos

alejandro D. Romano

CULTURA

29 ago 2011 . Actualizado a las 18:32 h.

Un año después de que Pedro Almodóvar desplegara su equipo de rodaje en Galicia, La piel que habito llega a los cines. Entre otros escenarios, el director escogió las calles de Santiago y el pazo de Oca para desarrollar esta enigmática historia que ya ha conseguido ganarse los aplausos en festivales como el de Cannes.

Además, Almodóvar quiso que en la cinta participaran algunos jóvenes anónimos y que por unos días pudieran compartir escena con el resto del elenco, compuesto entre otros por Antonio Banderas y Elena Anaya. Yo también quise habitar esa piel, por lo que no dudé en presentarme a las pruebas.

Después de una larga espera en la que se respiraban nervios, ilusión y bastante cansancio llegaron las pruebas de cámara, la entrevista y el «ya te llamaremos». Afortunadamente, y para mi sorpresa, me llamaron.

Mentiría si negara que no me sorprendí al verme entre las cámaras del manchego a la espera del grito de acción o que no me emocioné al escuchar a Concha Buika poniendo voz a una escena que Banderas no tuvo que repetir más de dos veces.

La piel que habitamos yo y otros gallegos durante tres noches de rodaje fue una muestra de lo duro que es hacer cine. Almodóvar, de carácter peculiar y aspecto desenfadado, se vistió de seriedad cuando entró en el set. Aunque eso no fue problema para los nuevos, que, a pesar de lanzar alguna mirada perdida a cámara, nos ganamos su confianza con la esperanza de algún día poder repetir.