Clarence Clemons, mítico saxofonista, escudero y mano derecha de Bruce Springsteen durante cuatro décadas, piedra angular de la E Street Band, murió en Florida en la madrugada de ayer a los 69 años. La muerte de Clemons, que no pudo superar el derrame cerebral que había sufrido una semana antes, causó un profundo pesar en el mudo de la música. Bruce Springsteen lamentó la «pérdida inconmensurable» de su viejo camarada y compañero.
El legendario saxofonista estaba en la carretera junto a Springsteen desde principios de la década de los setenta. Aportó al grupo los sonidos del soul, blues y jazz en unos poderosos solos que embellecieron y enriquecieron las primeras composiciones del cantante.
El corpulento Clemons, Big Man en el mundo del rock, arrastraba problemas muy serios de salud desde hacía una década, agravados la pasada semana al sufrir el derrame del que no ha podido recuperarse. Sufrió varias intervenciones quirúrgicas, pero no logró vencer la parálisis de la mitad izquierda del cuerpo y murió a consecuencia de las complicaciones. Lo confirmó Springsteen en su web, donde expresó su «abrumadora tristeza». «Amaba el saxofón, amaba a nuestros fans y daba todo lo que tenía cada noche que subía al escenario. Su muerte es un pérdida inconmensurable y estamos honrados y agradecidos de haberlo conocido y de haber tenido la oportunidad de estar a su lado por casi cuarenta años» escribió.
Nacido en Norfolk, en el estado de Virginia, el 11 de enero de 1942, Clemons comenzó a tocar a los nueve años el saxofón que le regaló su padre, predicador baptista que tenía al rock por algo diabólico. En 1971 conoció a Springsteen en una de su actuaciones y se inició su longeva amistad y colaboración. En los ochenta, Clemons inició una carrera en solitario al frente de The Temple of Soul, sin renunciar a la E Street Band. Su enorme talento hizo que lo reclutaran otro muchos músicos y cantantes, desde Aretha Franklin a Lady Gaga, uno de sus últimos trabajos.
Su última actuación con la E Street Band fue a finales del 2010 en Nueva Jersey. En España, la última vez que se pudo ver fue en el Monte do Gozo, en el 2009.