¿Por qué Woody Allen no gusta en Estados Unidos?

COLPISA, Fernando Belzunce

CULTURA

El director de «Midnight in Paris», al fin un rotundo éxito, ha rodado seis de sus últimas siete películas en Europa.

12 jun 2011 . Actualizado a las 20:31 h.

La pregunta de ahí arriba tiene trampa porque ahora Woody Allen gusta en su país. Y mucho. 'Midnight in Paris', la espléndida comedia que reina estos días en la cartelera, se mantiene cada semana entre las películas más taquilleras. Partía con tan solo 150 copias y el viernes la cifra aumentaba a mil, gracias al boca a oreja y a las excelentes críticas que ha obtenido el filme producido por Antena 3 y Mediapro. Con esta cinta, ahora sí, Allen es profeta en su tierra cuando no hace tanto que admitía sentirse, si no maltratado, al menos mal entendido.

El cineasta, uno de los grandes pese a su intermitencia creativa, ha rodado seis de sus últimas siete películas en el Viejo Continente. Cuatro en Inglaterra, una en España y otra en Francia.

En estos momentos prepara su aventura italiana. Y parece que no le ha ido mal. Ha filmado dos maravillas, caso de 'Matchpoint' y 'Midnight in Paris', y varias películas desafortunadas que, no obstante, han dejado un buen rastro de dinero e incluso algún gran premio, como 'Vicky Cristina Barcelona', con Oscar para Penélope Cruz.

En el caso de Midnight in Paris se combinan ambas cosas.

Taquilla y calidad. Mucha calidad. Como se sabrá, la película cuenta las andanzas de un escritor (Owen Wilson) al que le gustaría haber vivido en el París de entreguerras. En aquel tiempo la ciudad era la capital cultural del mundo. La literatura norteamericana se gestaba en sus cafés, donde se podía ver a Hemingway y Fitzgerald alternando con los existencialistas, con músicos, filósofos, cantantes, toreros o pintores como Picasso o Dalí.

La época, tan romántica como idealizada, forma parte del imaginario estadounidense. Sobre todo a raíz de que Hemingway la mostrara de forma magistral en la novela 'París era una fiesta', donde evoca una atmósfera irrepetible que ha arrastrado a miles de soñadores a la ciudad del Sena. Le sucedió a Enrique Vila-Matas, que marchó a vivir a París en busca de aquellos tiempos perdidos y encontró otros muy distintos, como resume en su muy recomendable libro París no se acaba nunca. Y le ocurre con especial gracia y encanto a Owen Wilson en 'Midnight in Paris'.

Su personaje representa al estadounidense medio y quizás por eso, por haber sabido identificar tan bien lo que podría llamarse 'el otro sueño americano', sobre todo entre la gente con inquietudes o frustraciones culturales (o sea, los críticos), Woody Allen ha firmado al fin un éxito rotundo. Una historia para la que ya se reclaman premios Oscar. Donde él no actúa pero donde vuelve a estar representado por el protagonista, siempre su álter ego, con quien en esta ocasión comparte incluso una situación. Al fin y al cabo, es el hombre que triunfa en Europa manteniendo su estilo americano y esto por fin lo han entendido sus compatriotas.