Picasso, Miró y Dalí, juntos en Florencia

EFE

CULTURA

La obra de juventud de los tres artistas españoles se puede ver en el museo Strozzi.

09 mar 2011 . Actualizado a las 23:47 h.

La exposición Picasso, Miró, Dalí: Giovani arrabbiati. La nascita della modernitá recoge en Florencia la producción de juventud de estos tres genios españoles, descubriendo su interacción en ese periodo formativo y su aportación a la relación entre el arte y la modernidad al inicio del siglo XX.

A través de más de sesenta obras, la muestra presentada hoy en el palacio Strozzi de Florencia y que se inaugurará el próximo día 12, recorre los elementos comunes entre Pablo Picasso, Joan Miró y Salvador Dalí, a la vez que analiza cómo los tres jóvenes plantearon su acceso a la transformación creativa de su tiempo.

La exposición parte del año 1926, cuando un joven Salvador Dalí se encuentra con Pablo Picasso en París, donde se vinculará también con Joan Miró, para después recorrer junto al espectador los orígenes y el camino de los tres creadores.

Se trata, según explicó el comisario de la muestra Eugenio Carmona, de «empezar por el final para ver el momento en el que coinciden en un escenario artístico y ver cómo han ido evolucionando».

Para lograr este objetivo, los responsables de la exposición han decidido dividirla en «episodios» o «pensieri», diferentes salas en las que se recogen y se relacionan las obras de los tres pintores descubriendo los registros intelectuales y plásticos que influyeron en ellos.

Así, en el primero de esos episodios, titulado «Psicomaquia. Cuando Dalí afirma que fue a ver a Picasso», se plantea la peculiar interpretación que Dalí hizo entre 1925 y 1927 de la obra de Picasso, así como el estadio de producción de los tres artistas en 1926.

En el segundo, «Miró, Dalí. Genius Loci», se reúnen paisajes, bodegones y cuadros con figuras de Miró y Dalí, evidenciando «la relación entre el origen vernáculo de cada uno de ellos y la aceptación de lo moderno», explicó Carmona.

Sin embargo, es el tercer episodio el que representa uno de los puntos cardinales de la historia de esta muestra y atestigua el paso de Picasso por Barcelona en 1917 con motivo de la representación por parte de Los Ballets Rusos de «Parade», para la que el malagueño diseñó los figurines.

Carmona destaca que ese momento en la trayectoria del pintor malagueño supuso una refundación del arte español y catalán.

El titulado episodio «Cuando Miró se cruzó con Picasso», aborda, por primera vez en un espacio expositivo, el encuentro de un «recién aparecido» Miró con Picasso en la escena artística catalana.

Picasso, encuentra además un espacio reservado exclusivamente a su época de juventud en la sala que cierra la muestra y en la que se recogen, entre otras cosas, el cuaderno en el que preparó su cuadro «Las señoritas de Avignon» y en el que, según Carmona, se observa el la elección de Picasso por el cubismo.

Y es que durante el recorrido por este periodo en la trayectoria de los tres artistas, se entrevé además un cierto magisterio de Picasso, el mayor de los tres, sobre Miró y Dalí a los que, según explica Carmona, ayudó en repetidas ocasiones, estableciéndose entre ellos un mutuo reconocimiento.

La exposición cuenta además con un epílogo en el que se exhiben tres piezas, una por cada artista, una vez ya han cerrado ese periodo de formación: «Pequeño Universo» (1933), de Miró; «Las rosas sangrantes» (1930), de Dalí, y «Mujer que llora» (1937), de Picasso.