«Hay arquitectos supervedetes que se lo acaban creyendo»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

El urbanista, nuevo académico honorario de Bellas Artes, representa «la modernidad de la arquitectura gallega»

03 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«El más significativo representante de la modernidad en la arquitectura gallega del siglo XX, maestro de generaciones de nuevos arquitectos, autor de estudios territoriales como La Ciudad de las Rías y de numerosos escritos sobre arquitectura». Así califican desde la Real Academia Gallega de Bellas Artes de Nuestra Señora del Rosario la figura de Andrés Fernández-Albalat Lois (A Coruña, 1924), al que, en la última reunión de la institución, acordaron nombrar académico honorario. Con esta designación, que fue propuesta por los académicos José Ramón Soraluce, Felipe Senén, Celestino García Braña y Ramón Izquierdo Perrín, la Academia «reconoce la destacada proyección y prestigio profesional del ex catedrático de la Universidade da Coruña».

-¿Sigue vigente aquel proyecto de «La Ciudad de las Rías», que proyectó a finales de los años sesenta y que englobaría desde A Coruña a Ferrol?

-Habría que preguntárselo a los políticos. Es un tema que yo siempre digo que tiene un efecto Guadiana, que aparece y desaparece. Pero la geografía está ahí y el espacio es sensacional.

-¿Sería posible hoy aquella urbe de 600.000 habitantes diseminada por el entorno de las rías de Ares y Betanzos?

-Eso se está poblando un poco a su aire, un diseminado de edificios, de viviendas. Se rebajó la urgencia de entonces, porque la demografía bajó mucho con respecto a finales de los años sesenta. Pero la idea sigue ahí y la geografía no ha cambiado, es una geografía excepcional: se habla mucho de las Rías Bajas y las Rías Altas, pero estas rías medias, las que forman el golfo Ártabro, son realmente sensacionales.

-Entre sus trabajos arquitectónicos destaca la estrecha colaboración que mantuvo con Díaz Pardo en diversos proyectos.

-Con Díaz Pardo me une una amistad de hace 60 años. Primero, hicimos la cerámica de O Castro, en Sada, y luego, en Sargadelos, la recuperación de la firma, con aquella fábrica circular, además del Laboratorio de Formas. Colaboré en todas esas cosas, aunque la voz la llevaba Isaac.

-¿Qué le parece eso de los arquitectos mediáticos?

-Debo ser prudente, porque estoy hablando con un medio de comunicación [risas]. Tiene de positivo que es bueno que se hable de arquitectura y no es bueno por lo del arquitecto estrella. Hay un poco de vedetismo que no obedece a la realidad, aunque también se da en la literatura, en la música o en el cine. Hoy en día, hay que ir a lo estrambótico para llamar la atención. Hay arquitectos supervedetes que se lo acaban creyendo y el público también.

-Ya se ve que no es muy favorable a los arquitectos estrella.

-A veces los resultados son un poco sesgados, porque se da un valor personal a los arquitectos que no debería darse, como si fueran artistas de cine, y no se le da valor a la arquitectura.

-¿Qué va hacer ahora en la Academia de Bellas Artes?

-Lo que me digan, soy siempre muy subordinado. Es algo que agradezco mucho, porque es un honor que me propongan y luego estar ahí.

-¿Sigue trabajando?

-Sí, lo que me echen. Hay arquitectos jóvenes, entre ellos mi hijo, que me echan una mano.

-De los edificios que ha diseñado, ¿tiene querencia especial por alguno de ellos?

-Cuando se hacen, está uno muy ilusionado con ellos y, una vez acabados, hay un compás de espera para ver los errores. Es entonces cuando empiezas a verlos con una cierta distancia. Esos edificios que he hecho son ahora la historia de una vida: la fábrica de Begano, la Seat y la Hípica en A Coruña, o el estadio municipal de San Lázaro, en Santiago.

andrés Fernández-Albalat Lois Nuevo Académico honorario de Bellas Artes

«Colaboré con Díaz Pardo en muchas cosas, aunque la voz la llevaba Isaac»