«Escuché a Hendrix y no volví a echarme laca en la cabeza»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

CULTURA

Raimundo Amador graba en Vigo el vídeo de un tema de su nuevo álbum

25 feb 2011 . Actualizado a las 12:59 h.

Aprendió a tocar la guitarra en la escalera de su casa, en el barrio sevillano de las 3.000 viviendas, pero no pasaba de la repetición de la música del Virginiano y Bonanza. «Sabía que tenía que aprender en la calle, como un gitanillo vecino que conocía los acordes, así que me fui por ahí de sargento platillo», recuerda Raimundo Amador, el mejor guitarrista de blues de España. Ayer se enfrentaba a un encuentro con los alumnos de la Escuela Superior de Artes Cinematográficas de Galicia y de la Escuela de Imagen y Sonido de Vigo, quienes hoy grabarán el videoclip del segundo sencillo de su nuevo disco.

Entre canción y canción, y con una cerveza en la mano, el pata negra responde a las preguntas de los chavales y derrocha simpatía gitana. «Estoy aquí por Jimi Hendrix. Yo era flamencólico y un día escuche la canción Red house y me cambió la vida. Me transforme y no volví a echarme laca en la cabeza. En aquella época, yo llevaba tres kilos de laca, mi cabeza parecía el casco de un romano», comenta antes de empezar a tocar Mitad hombre, mitad guitarra, el tema que titula su esperado nuevo trabajo discográfico. «Tardé siete años en editar un nuevo disco porque estaba decepcionado con el gran público, no con el mío, sino con el resto, porque están resfriados del oído; espero que se supere pronto la gripe de oído que existe en la actualidad», explica con el pesar de quien trata de facturar alta joyería cuando se reclama bisutería.

Advierte que lo suyo no es hablar sino tocar, siempre Fender, la marca de guitarras a la que presta su imagen. Las púas ya son otra historia, y ayer le echaban fuego los dedos porque le dieron púas más propias de un jabalí que de un fino tañedor de cuerdas. Fender, eso sí.

Contra las drogas

Mientras Raimundo Amador tocaba, se proyectaba tras él el documental Tiempo de leyenda, que cuenta la producción del disco La leyenda del tiempo, de Camarón. «Está muy bien pero no estoy de acuerdo con el final; tenía que salir otro bailarín o bailaora, como Remedios Amaya. ¿A ti qué te parece, primo?», pregunta Amador a otro gitano presente en la sala.

El videoclip que se grabará en Vigo se corresponde con la canción Coca Cola sin Cola, un alegato contra el uso de drogas, material del que Raimundo conoce bien sus perniciosas consecuencias. «No me gusta hablar de ello, pero los jóvenes deberían saber que su uso no lleva a nada bueno; muchos de mi generación se quedaron en el camino porque no teníamos ni idea de sus consecuencias», dice, Raimundo, que dejó Pata Negra hace años cuando su hermano comenzó a tener problemas con estas sustancias. Tras su etapa con Veneno y Pata Negra, Raimundo se echó en solitario a la carretera y quisieron colárselo a B. B. King en un concierto. «Se dio cuenta y no quiso. Tiempo después ya lo hicimos mejor y le enviamos información previa y él asintió», afirma el músico sevillano.

«¿Qué tienen de parecido el flamenco y el blues», le preguntan. «A los negros y a los gitanos nos gusta el oro; por tanto unos como otros lo hemos pasamos muy mal. Los dos somos auténticos», concluye.

«Sabía que tenía que aprender en la calle, así que me fui por ahí de sargento platillo»