La tradición grecorromana y el Renacimiento brindan la inspiración precisa para llevar a cabo obras de carácter figurativo, técnicamente admirables, serenas, delicadas, limpias y, sobre todo, hermosas. La filosofía neoplatónica se esgrime como revulsivo ante el abatimiento nacido al albur del desastre bélico, lo que lleva, al mismo tiempo, a enfrentarse a la modernidad de preguerra personificada por el cubismo, futurismo, expresionismo y dadaísmo.
La exposición, patrocinada por la Fundación BBVA, descubre no solo las heridas abiertas del arte de la época y los cambios dados dentro de movimientos como la Nueva Objetividad, sino también constata cómo las propuestas que en un principio habían surgido arropadas por la bondad de una belleza existencial acaban en las manos de Mussolini y Hitler utilizadas como arma política.