Aunque el verdadero nombre de Pancho sea Cook, en los Goya el can de la suerte que dejó a su dueño tirado por la primitiva volvió a ser Pancho. Tuvo su momento cuando Andreu Buenafuente jugueteaba con el público y el disciplinado perro hizo el gesto de morder al presentador. El perro enseñó menos los dientes de lo que lo hizo el presidente de la Academia, Álex de la Iglesia, pero cumplió con lo previsto y demostró, una vez más, que las escenas con animales no tienen por qué ser difíciles.
Cook llegará esta semana a Galicia para participar en el rodaje de Lobos de Arga, la película producida por Vaca Films. En este caso, el perro no hará el papel de protagonista, que ya inició su hijo, de nombre Ramsés, la pasada semana.
Pero esta semana el rodaje del largometraje que dirige Juan Martínez Moreno será exigente y el padre lo suplirá en las escenas que el hijo no pueda realizar por cuestión de tiempo. A pesar de un parecido que lleva a mucha agente a confundir al hijo con el padre, Cook tendrá que ser maquillado para que las manchas que tienen, características de su raza, jack russell, coincidan y la imagen de ambos sea idéntica.