J. D. Salinger, el anacoreta que soñó con ser guardián

B. P. L. REDACCIÓN/LA VOZ.

CULTURA

02 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.

Holden Caulfield, el adolescente que soñaba con salvar a los niños de caer al precipicio de la vida adulta, tendría hoy más de setenta años, pero su discurso de quinceañero hastiado es eternamente joven. Por la boca de este rebelde con miedo a crecer, Jerome David Salinger (1919-2010) plasmó su visión del mundo en El guardián entre el centeno , la novela de iniciación por excelencia y que en el año que se fue cobró nueva actualidad con la muerte del autor.

«Los personajes que recreó J. D. Salinger son siempre seres inadaptados y profundamente infelices, desde adolescentes en crisis a soldados traumatizados por la experiencia de la guerra o enfermos mentales en lucha contra sus fantasmas», afirma José María Paz Gago, catedrático de Teoría de la Literatura de la Universidade da Coruña.

El éxito sin precedentes de la obra -no ha dejado de reeditarse desde su primera publicación, hace más de seis décadas, y cada año se siguen vendiendo en todo el mundo 250.000 ejemplares- provocó en Salinger tal rechazo hacia la notoriedad y la vida social que decidió recluirse en una existencia de anacoreta a partir de los sesenta, un retiro que mantuvo hasta su muerte. En medio quedaron miles de secretos, rumores sobre supuestas obras inéditas que escribía en cuadernos y guardaba en una habitación fortificada y también algunas acusaciones que retrataban como un monstruo violento a este ex combatiente que participó en el desembarco de Normandía.

Salinger, referente en la literatura americana del siglo XX, no tuvo una gran producción literaria. Se reduce a los cuatro títulos que giran en torno a la familia Glass - Nueve cuentos, Franny y Zooey, Levantad, carpinteros, la vida maestra y Seymour: una introducción - y su última obra, Hapworth 16, 1924 , publicada en 1965. A partir de ahí, ni una sola página suya vio la luz.

Pero es El guardián entre el centeno y su protagonista ( «el mentiroso más fantástico que puedan imaginarse») lo que sigue abriendo los ojos a generaciones de adolescentes. El libro también arrastra su leyenda negra, pues estas eran las páginas que leía Mark David Chapman antes de disparar cinco tiros a John Lennon muy cerca del lugar donde Holden Caulfield se preguntaba adónde van los patos de Central Park cuando el lago se congela en invierno. «Tras una existencia contradictoria y paradójica, siempre de espaldas a la vida social que decía odiar, quizás con la muerte haya alcanzado la paz que nunca consiguió en su larga y oculta trayectoria vital», dice Paz Gago.