Manuel Carballo propone terror y exorcismos frente al «almíbar» de la Navidad

EFE

CULTURA

El cineasta barcelonés dijo querer brindar a su público «la oportunidad de ver en estas fechas algo más malicioso».

27 dic 2010 . Actualizado a las 19:11 h.

El cineasta Manuel Carballo (Barcelona, 1974) estrena este miércoles su segundo largometraje, La posesión de Emma Evans, cien minutos de terror con exorcismos, demonios, cucarachas, ojos en blanco, sangre y terribles accidentes con los que quiere «hacer frente al almíbar de la Navidad».

«Era una cuestión de reducir tanta ñoñería», explica entre risas el director en una entrevista con EFE, y añade que, además, quería brindar a su público «la oportunidad de ver en estas fechas algo más malicioso».

La película habla de la lucha de un cura (Stephen Billington) por liberar del demonio a su sobrina de quince años, Emma (Sophie Vavasseur), que lleva una vida relativamente normal con sus padres (Richard Felix y Jo Anne Stockham) y su hermano pequeño (Lazzaro Oertli) y que tiene por vecinos a sus tíos y a unos primos de su edad.

Pero también habla del inconformismo de los adolescentes de hoy, de las mentiras familiares, del riesgo, de la desconfianza y de la manipulación.

«La idea era aplicar una lente de aumento al microcosmos familiar y lo que pasa cuando entra en él un elemento irracional, en este caso una posesión diabólica, pero igual sería una adicción, o un novio que no debería tener, o una enfermedad... y partir de ahí ver cómo reacciona la familia», explica el director.

Las fuerzas que destruyen a los Evans son tan antiguas como la propia humanidad y van ligadas a la existencia o no de Dios y del diablo. «Creo en la figura del demonio para proyectar el lado salvaje o animal que tenemos, la naturaleza atávica de nuestro interior. Si no existiera, habría que inventarlo, porque hay que tener un culpable al que criminalizar por todos los males de la sociedad y él está perfectamente diseñado para eso. Además -apunta Carballo- es muy cinematográfico».

El cineasta reconoce que intentar hacer una película de este estilo después de El exorcista (1973), de William Friedkin, era arriesgado; aún así afirma que la suya «no es más que una visión limitada». «Al fin y al cabo -reflexiona- ¿cuántas pelis de vaqueros acaban con un duelo? Cientos, miles, y funcionan muchas de ellas. Aquí es más evidente que te metes en un fregado, pero contar historias funciona a ese nivel: no son más que figuras que uno usa para contar su texto».

La posesión de Emma Evans se presentó en el Festival de Sitges y llega ahora a las pantallas españolas después de haberse vendido en más de 40 países, entre ellos, EE.UU., Japón y Canadá donde se estrenará en enero.