El Xacobeo Classics lleva a Vigo «El Mesías» con el Gabrielli Consort

Cristóbal Maneiro

CULTURA

El director británico Paul McCreesh estará hoy a cargo del último concierto de la cita musical xacobea

13 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Como el célebre turrón o el no menos conocido anuncio de un espumoso catalán, El Mesías de Georg Friedrich Händel suele ser una de los principales acontecimientos de las Navidades, al menos en el mundo anglosajón. Sumándose a esa tradición, Vigo acogerá hoy, a las 20.30 horas, en el Centro Cultural Caixanova, una de las más cualificadas versiones que se puedan disfrutar en la actualidad de esta obra maestra de los oratorios haendelianos. La interpretación de este clásico musical estará a cargo de todo un experto en la materia, el director británico Paul McCreesh, que dirigirá el Gabrieli Consort and Players.

El Xacobeo Classics ha reservado para su última cita en la ciudad olívica esta joya de la música espiritual, que contará con la actuación del que está considerado como uno de los mejores coros y conjuntos con instrumentos originales del mundo. El Gabrieli Consort and Players, fundado en 1982 por Paul McCreesh, suele actuar en las salas más reconocidas.

La temporada pasada ofreció la ópera Theodora de Händel, en el Teatro Real madrileño y una aclamada interpretación de La creación, de Haydn, en los Proms de Londres. Entre sus últimas grabaciones para el sello Deutsche Grammophon se encuentran precisamente un doble cedé con La creación, que fue galardonado como el mejor registro de música coral del año 2008 por la revista Gramophone, o su más reciente A spotless rose, nominado a los Grammy en el 2010.

Paul McCreesh, que junto a John Eliot Gardiner es considerado el más importante director británico en lo que respecta a la música antigua y barroca, contará en su cita de Vigo con cuatro solistas bien conocidos en este repertorio: la soprano Susan Gritton, el tenor Jeremy Ovenden, la mezzo Barbara Kozelj y el bajo Matthew Rose.

MCreesh es una figura reclamada por los principales eventos musicales, desde el Festival de Salzburgo a las temporadas operísticas de Berlín, Londres o París.

El Mesías se estrenó en Dublín el 13 de abril de 1742. Desde entonces su reconocimiento y fama no ha hecho más que crecer. Muestra electrizante del arte contrapuntístico y de la energía y vitalidad de la pluma de Händel, el empleo del coro es lo que precisamente diferencia en realidad una partitura como esta de las demás óperas compuestas por el músico de origen alemán. Pero, en el fondo, tanto unos como otras poseen similar bagaje dramático o, si se quiere, melodramático, cuajados de contrastes, de amenos acontecimientos, envueltos en un intenso lirismo e inmersos en un flujo narrativo imparable.

No obstante, El Mesías no empezó a conocer el éxito hasta 1750 y poco a poco su programación fue convirtiéndose en costumbre. Claro que para entonces Händel ya había hecho algunas revisiones y había modernizado la obra.

La composición se titula, efectivamente, El Mesías, pero la figura de Jesús no existe en ella, curiosamente, como sí sucedía en la también haendeliana Brockes-Passion o en las pasiones de Bach, sino que está presente por alusiones, analogías o comentarios de los textos. La consecuencia es una visión triunfante y majestuosa de Cristo, alejada de la más tradicional y dolorosa, sufriente y patética de los oratorios germanos. Lo cierto es que Händel ilustró un texto muy homogéneo compilado por Charles Jennens, en el que todo está bien ligado y progresivamente montado, con citas cortas y encadenadas sin solución de continuidad.