Solo el rescate de la Fundación Cela cuesta a los gallegos 230.000 euros

M. Cheda SANTIAGO/LA VOZ.

CULTURA

Cultura y Educación aportarán a la entidad padronesa 0,25 millones por ejercicio tras asumir en el 2011 su control

21 nov 2010 . Actualizado a las 09:45 h.

El pacto rubricado hace cuatro meses por la Xunta y la Fundación Camilo José Cela con el propósito de que la segunda pase a depender de la primera finalmente sí ha generado al erario gallego costes extraordinarios, al contrario de lo que sus promotores habían sugerido entonces. Solo para salvarla de una quiebra segura, el Gobierno de Núñez Feijoo entregó a la entidad privada 230.000 euros este verano, si bien la operación acaba de trascender aún ahora gracias a una resolución publicada en el Diario Oficial de Galicia (DOG). Dado que en marzo las consellerías de Educación y Cultura ya le habían concedido 154.360 y 125.000 euros más para cofinanciar, respectivamente, sus actividades formativas y pagos de personal, los fondos públicos destinados este año a la institución con sede en Iria Flavia (Padrón) superan el medio millón, mucho más del doble del dinero reservado a las obras en la Real Academia Galega.

El conselleiro Roberto Varela y la todavía presidenta de la gestora del legado del nobel, su viuda Marina Castaño, habían suscrito el 2 de julio un convenio para «garantir a viabilidade» de esta última institución, la cual se hallaba sumida en un profunda crisis, y «asegurar a mellor conservación e difusión» de sus bienes. Dicho concierto, cuyo contenido literal ambas partes rechazaron difundir, preveía que la Administración autonómica tomase el mando de la fundación tras la efectiva aplicación integral en su seno de un «plan de racionalización» que, grosso modo, redujese a unos 350.000 euros el gasto global por ejercicio, frente a los 676.456 desembolsados, causando así un déficit de 221.897, durante el 2009.

«Para evitar a súa extinción ou traslado fóra de Galicia e para que non vaia á bancarrota -había proclamado Varela en aquellas fechas- asumirémola, pero só e cando antes quede saneada». A tenor de lo sucedido posteriormente, cuando pronunció la sentencia no estaba faltando a la verdad. Pero ocurre también que su departamento ha terminado abonando un porcentaje muy sustancial de la factura ocasionada por el saneamiento de la institución privada, en virtud de un documento de adenda visado sin publicidad en los albores de agosto. Y de eso sí que no había dicho nadie nada. Los 230.000 euros consignados por Cultura para el rescate, explican fuentes autorizadas, «han servido para liquidar deudas menores a proveedores, cancelar un préstamo, despachar una hipoteca, contribuir a la reducción de plantilla y soportar el despido [el 27 de mayo] del antiguo gerente, Tomás Cavanna», quien cobraba «case que un millón e medio de pesetas mensuais», en estimaciones de un líder sindicalista.

El programa para la reconducción de la grave situación financiera que, producto de la progresiva pérdida de patronos y de una irresponsable gestión, atravesaba la entidad padronesa progresa actualmente a un ritmo «bastante aceptable», en expresión de un alto cargo. Gran conocedor del proceso, vaticina: «A principios de enero probablemente pueda darse por ejecutado en todo lo esencial». A partir de ahí, Varela relevará a Castaño en su puesto, los estatutos de la fundación cambiarán y su viejo patronato dará paso a otro compuesto por entre 20 y 25 miembros mayoritariamente designados por la Xunta, la cual, salvo aparición de mecenas, pasará en adelante a cubrir dos tercios de su presupuesto ordinario: unos 250.000 euros al año.