Elsa Pataky encarna a una aspirante a actriz en la última obra de Bigas Luna
CULTURA
Elsa Pataky protagoniza desde la primera escena a la última de DiDi Hollywood , la última creación del director catalán que se estrena hoy. El flechazo entre los dos fue inmediato. «Me envío un e-mail para preguntarme si era el mío. Yo le dije que sí y además le di mi teléfono y le pedí que me llamara. Esperaba que no quisiera solo hablar porque siempre he querido trabajar con él», comentó la actriz. De esta manera, Pataky se convirtió en Diana Díaz, una camarera que trabaja en una discoteca madrileña y que un día, harta de su monótona vida, decide viajar a Miami para intentar ser actriz. Comienza en el mundo latino de la interpretación, pero pronto dará el salto a Los Ángeles y acortará su nombre a un DiDi más yanqui.
DiDi Hollywood
es una historia que se encuadra dentro de la trilogía que Luna está haciendo sobre la mujer. La primera fue Yo soy la Juani (2006), un filme que ha logrado «más de 4,5 millones de descargas en la Red», según confesó el director. Ahora toca enseñar la escalada hacia el éxito. Una película sobre los sueños, en este caso interpretativos, y que especula sobre la peligrosidad de conseguirlos y como pueden cambiarnos.
El realizador catalán confesó que Pataky tenía miedo a que el espectador interpretara que la historia es autobiográfica. «Yo me divertí mucho trabajando este aspecto», comentó el realizador, que habló con Pataky para abordar el personaje. La madrileña negó la mayor, no obstante, aclaró que para dar credibilidad a Diana puso mucho de sus «sentimientos».
Bigas Luna confesó que la situación actual de la actriz -ahora mismo está rodando Fast Five , la quinta entrega de la saga sobre los coches tuneados con Vin Diesel, Dwayne Johnson y Paul Walker- era perfecta para encarnar a Diana. Unos compromisos que casi provocan que Pataky se perdiera el estreno de la película en España. El retraso en el rodaje de su último trabajo le impidió volar el martes y lo tuvo que hacer en la madrugada del jueves para poder estar en la presentación. Eso sí, radiante y sin ningún atisbo de cansancio.