Un lúcida y brillante relectura

CULTURA

09 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Tras el éxito de Soldados de Salamina (2001), Javier Cercas publicó La velocidad de la luz (2005), una reflexión sobre el éxito, arriesgada y compleja. «El éxito es como un terrible desastre, peor que tu casa ardiendo», dice un poema de Malcolm Lowry que cita el narrador. El autor extremeño supo sobreponerse a ese «terrible desastre» y en Anatomía de un instante asumió el difícil reto de contar de nuevo el 23-F a partir del gesto de coraje y libertad, histriónico y póstumo a la vez, de Adolfo Suárez -«solo, estatuario y espectral en un desierto de escaños vacíos»- de no tirarse al suelo mientras zumbaban las balas a su alrededor. Para ello contaba con personajes reales que ni la mejor ficción podría convertir en verosímiles. Tres héroes con un pasado oscuro (Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo) y tres malvados detestables (Tejero, Milans del Bosch y Armada). ¿Alguien se creería un argumento en el que un ex falangista advenedizo, un golpista y quintacolumnista (en el 36) y un comunista con numerosos cadáveres en el armario se convierten en los mayores defensores de la democracia liberal?

Cercas despoja el 23-F de mitos, bulos, falsedades, especulaciones, de ficciones en último término, que lo han convertido en un falso enigma. Para realizar este desmontaje utiliza los mejores recursos del narrador, las herramientas del cronista. El rigor del historiador y se introduce en la mente de los protagonistas. «Lo verdaderamente enigmático es lo que todos hemos visto, pero se niega a entregar su significado», aseguraba en una entrevista a La Voz.