Veto para cantar en gallego
Su vuelta a Galicia se produjo de la mano del representante Manuel Muñiz, que le ofreció cantar en gallego y le enseñó el que posteriormente sería su grano clásico: Galicia terra meiga. «Como eu vivía en Barcelona, non me din conta de que non estaba composta por el, senón que era un tema popular das Rías Baixas ao que Muñiz lle engadira partes da súa colleita», explicaba Ana. La cantante llegó a Belter para grabarla, pero allí se encontró con el veto de editar en gallego. No contaban con la cabezonería de la gallega, que acabó por grabar un tema que despachó más de cien mil discos y colocó su nombre durante más de tres meses en las listas de éxitos españolas por delante de superventas de los setenta como Julio Iglesias.
Ese megaéxito provocó que ya en 1976 comenzase a cruzar el charco para actuar delante de audiencias de emigrantes que lloraban ?y no es metafórico? cuando escuchaban sus canciones. Llegó a meter a 24.000 personas en la sede social de los gallegos en Buenos Aires, batiendo el récord de Manolo Escobar. El delirio por Ana continuaba en países como México. Allí los emigrantes la esperaban con regalos cómo joyas de oro que Ana no podía rechazar si quería evitar enfados. Pero fue en Galicia donde siempre obtuvo un apoyo inigualable hasta que en el 2000 dejó el directo. «Sempre quixen marchar nun bo momento», explicaba quien ya para siempre jamás es sinónimo de canción gallega.