«La energía de la música mueve 'La hija del regimiento'»

C. Maneiro

CULTURA

Los montajes de Davide Livermore han recorrido los principales teatros y festivales italianos.

24 sep 2010 . Actualizado a las 03:27 h.

Después de haber compartido escenario como cantante con artistas como Luciano Pavarotti, Plácido Domingo o Mirella Freni, Davide Livermore decidió hace diez años dedicarse a la dirección escénica. Desde entonces sus montajes han recorrido los principales teatros y festivales italianos, como el Rossini Opera Festival de Pésaro, donde este mismo verano triunfó con Demetrio e Polibio, que protagonizó la soprano María José Moreno. Livermore, que comparte su carrera lírica con la dirección de la Escuela de Alto Perfeccionamiento de las Artes Escénicas del Teatro Estable de Turín, donde ha estrenado una ópera sobre la vida del tetrapléjico Ramón Sampedro, regresa ahora a Galicia para ofrecer La hija del regimiento. La obra maestra cómica de Donizetti llega hoy a A Coruña (Palacio de la Ópera, 20.00 horas) y el lunes a Vigo con un reparto encabezado por la soprano Patrizia Ciofi y el tenor Celso Albelo.

-Por el poder del que parecen disfrutar estos días, ¿son los directores de escena los nuevos divos de la ópera, por encima de cantantes y directores musicales?

-Creo que el director de escena debe actuar como un descodificador para crear una comunicación directa entre la energía, la maravilla de la partitura, y el mundo de hoy, la contemporaneidad. Cuando esto ocurre es justo que los directores sean divos, igual que los cantantes y los directores de orquesta.

-Regresa a Galicia con toda una joya de la ópera cómica, «La fille du règiment», de Donizetti, que cumple ahora 170 años. ¿Qué aspectos ha destacado en su puesta en escena?

-La energía de la partitura es el motor de este montaje: hemos creado un mundo en el que la guerra es aún un juego, el mundo de los soldaditos de plomo, de las muñecas, con toda la fuerza creativa que debe tener el juego, el juego de la guerra y el juego del amor

-¿Cómo ha sido la relación con los protagonistas de la obra, Patrizia Ciofi y Celso Albelo? ¿Y con los técnicos del teatro coruñés?

-Patrizia y Celso son artistas extraordinarios por sus habilidades vocales, por su conocimiento del arte del escenario, como el resto de sus compañeros, que son de un nivel altísimo. Debo decir que se trata de un reparto digno de cualquiera de los más grandes teatros del mundo. Lo mismo puedo decir de los técnicos, que son siempre el aspecto fundamental para que un espectáculo tenga éxito.

-¿Qué es lo que más le ha sorprendido de trabajar con Rossy de Palma?

-Cuando camino por las calles de A Coruña con Rossy, cada diez metros la paran. La gente la reconoce con un afecto tal que me conmueve. Ella es un ejemplo del funcionamiento de la ley de causa y efecto: ama la vida, el arte, la gente, el teatro, el valor de las cosas bien hechas, y la gente se vuelve loca con ella. Yo también estoy loco por ella.